Hoy es un día lluvioso, no ha salido el sol para nada y aunque normalmente me gustan los días de lluvia, hoy me siento diferente. Me he estado sintiendo triste en estos días y la lluvia de hoy, acentúa esa tristeza. Mientras miraba la lluvia caer me di cuenta de lo que necesito, solo una cosa cambiaría mi día por completo. ¡Un abrazo!
No se si les ha pasado, pero en los momentos más difíciles, cuando siento que voy a explotar pero no puedo siquiera llorar, cuando me siento al borde de la depresión; un abrazo sincero me cambia por completo como me siento. Por años los abrazos han sido mi medicina favorita.
A juzgar por cómo me siento luego de abrazar y recibir un abrazo, todos deberíamos abrazar al menos a un ser querido todos los días. A veces nos sentimos muy bien cuando abrazamos a alguien que sabemos lo necesita, otras simplemente tenemos que dejarnos abrazar. Todos tenemos necesidad de tocar y ser tocados, de amar y ser amados. El amor que no demostramos puede convertirse en dolor. Por ello, no conviene tragarse lo que sentimos. Cuando abrazamos tenemos que ser que ser humildes y permitirnos ser vulnerables, hay que entregarse por completo. Satisfacer la necesidad de afecto es tan importante como satisfacer la necesitad por agua o comida, negarse un abrazo o negarlo a un ser querido es ser egoísta.
No puedes envolver el amor en una caja, pero si puedes envolver a una persona en un abrazo. Abrazar se trata de dar y recibir, si abrazamos a alguien todo el tiempo pero esa persona no se entrega de la misma forma, el efecto no es el mismo. Cuando el abrazo es honesto y la entrega es total, el poder curativo del abrazo es total. El abrazo tienes que ser sin juzgar, sin prejuicios.
Estuve leyendo en el site Control Vital, un poco sobre abrazo terapia; allí dice lo siguiente: Un abrazo diario eleva nuestra estima, mejora el sistema inmunológico, nos une. Dos abrazos multiplican el efecto. Tres abrazos tiene un poder sanador, anti estrés, protector. Es realmente insospechado todo lo que podemos curar con los abrazos, desde un simple perdón hasta un cáncer. Al abrazar sinceramente podemos equilibrar nuestras energías y desplazar la negatividad de ambas personas.
En estas vidas tan llenas de estrés, trabajo y preocupaciones nos hemos olvidado de lo bien que nos sentimos luego de un abrazo. ¿Saben qué? De tan solo pensar en ello me siento mejor, sin embargo; tan pronto termine con este artículo voy en
busca de mi abrazo de hoy. Haz lo mismo, vas a ver que bien te vas a sentir.