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domingo, 6 de noviembre de 2011

¿Te gustaría ganarte la vida probando colchones?

Hay profesiones y hay profesiones.  Algunos se quejan de su trabajo y otros lo aman, asi es la vida.  He escuchado de trabajos díficiles, sucios, complicados, aburridos, buenos, malos.  Este trabajo del que acabo de leer me parece aburrido pero muy conveniente para varias personas que conozco.  Leí este artículo en BBC Mundo de una mujer que se gana la vida, probando colchones.  Esta señora británica trabaja para una cadena de hoteles que tiene como prioridad lograr que los que allí se hospeden puedan descansar bien.


Su trabajo consiste en ir cama por cama verificando la comodidad de cada una.  Para ello tiene que pasar un mínimo de veinte minutos en cada una verificando si el colchón tiene alguna protuberancia o bulto.  Supuestamente ella tiene una habilidad extraordinaria para detectar este tipo de defectos, tanto así que el hotel está en conversaciones para asegurar su trasero por US$6 millones.


Yo conozco unos cuantos que serían muy felices con ese trabajo, se la pasan todo el día tirados en el sofá, asi que no debe muy difícil pasarse del sofá a la cama.  Me imagino que estar un mínimo de veinte minutos no será ningún reto, el reto será poder cumplir con la cuota establecida.  Natalie (asi se llama la probadora de colchones) y su equipo de trabajo tienen que terminar de verificar las 46,000 camas de la cadena para Febrero 2012.


Me pregunto, ¿tendrán un procedimiento?  ¿Habrá algunos puntos basicos de inspección?  Me imagino que existiran reglas, que no es permitido para probar un colchón.  ¿Estará permitido dormir?  Seguro que si un puertorriqueño estuviera en ese equipo de trabajo, buscaría nuevas y diferentes formas de probarlos, como sabemos la creatividad no es problema para nosotros.


 

lunes, 10 de enero de 2011

Metí las patas, ¿y ahora que hago?

Para ser sinceros, tenemos que aceptar que todo en esta vida es una competencia.  Nadie quiere ser el peor o el promedio, todos queremos estar en el tope y en los trabajos esta realidad es más cierta que en muchos otros sitios.  Mientras más alto estés en el organigrama, más hipocresia hay a tu alrededor y la competencia no solo es mayor, sino que también es más cruel.  Los trabajos son como un baile, otro toca la música y tu bailas con alguién más (tu jefe) que es quién marca el ritmo, tu solamente lo sigues.  Tú no quieres seguirl@, pero tienes que fingir que estás feliz en hacerlo, hipocresía 101.  Tratas de hacer tu trabajo lo mejor que puedes para ganarte una promoción y asi "ganar como adulto".  El problema es que se te zafó el tiro y cometiste un error, en español puertorriqueño:  metiste las cuatro patas.  Ahora el jefe está molesto contigo, te aplica la ley del hielo y te saca el cuerpo, de repente ya no te invitan a los eventos especiales y tu compañeros se alejan pa' que no se les pegue tu macacoa.  Hay diez consejitos que pueden servirte para hacer el regreso del año:

  1. Realiza un acto de contricción - cuando pecamos la iglesia nos pide un acto de contricción, aquí es lo mismo, págate un desayuno para todos, invítalos a almorzar, déjale saber a todos con lagrimas en los ojos que lo sientes, sabes que fallaste y no volverá a pasar.
  2. Contínua con tu vida - como diría Daddy Yankee: "lo que pasó, pasó".  Da vuela a la página y demuestra que puedes levantarte como el ave fénix, el pasado es una lección aprendida.
  3. ¡Superate! - Todavía tienes trabajo, ¡aprovecha la oportunidad!  Concéntrate en lo que haces y hazlo muy bien, demuestrale a tu jefe que lo que pasó fue solo un uuups.
  4. Da cara - Todo el mundo habla de ti y lo sabes, no te escondas, ¡vacílate a ti mismo!  Habla del tema y deja saber a todos que entiendes sus sentimientos, especialmente los del jefe, no es cierto, pero lo tienes que decir como quiera.
  5. Reconciliate con tu mentor - Si de verdad jodiste la cosa, aquél que te enseñó debe estar molest@, busca contentarl@, usa la sicología barata y llénale la oreja con halagos.
  6. Pide Ayuda - Después de la humillación de aceptar que te equivocaste y la doble humillación de decirle a tu jefe que es casi dios, te toca pedir ayuda.  Este es el toque de gracia, si no lo haces ningún acto de contricción o intento de reconciliación va a funcionar.
  7. Tira bombas de humo - Cambia el rumbo de las conversaciones, necesitas una distracción para que dejen de hablar de ti.  Asegurate de seguir con tu actuación de profesional arrepentid@, todos tienen que creer que cambiaste y que nunca sucederá otra vez.
  8. Tienes que lamber ojo - Si tu companía realiza actos de filantropía y ha adoptado alguna misión, ayuda a la comunidad y ofrécete como voluntario en la próxima actividad, asi haces quedar bien al jefe.
  9. Limpia tu basura - Arregla lo que hiciste mal, pero ten cuidado, dije arreglalo.  Si no puedes, mejor no te metas, puede ser peor el remedio que la enfermedad.
  10. Si nada de esto funciona, y de repente encuentras que tienes menos y  menos trabajo, entonces mi amig@, te están desapareciendo poco a poco.  Es hora de adelantarte e irte antes de que te vayan.
Esta adaptación en arroz y habichuelas del artículo publicado en BusinessWeek es tan solo un servicio público, pero esta servidora no será responsable de ningún acto que suceda como consecuencia de haber seguido alguno de estos consejos.


miércoles, 1 de diciembre de 2010

Yo lo quiero es saber si puedes trabajar


En estos días una amiga que tiene el dudoso honor de trabajar en la compañía comandada por la antes mencionada Dahr Veider, me contaba sobre sus más recientes peripecias.  Cómo siempre, la reacción es una mezcla que raya entre la incredulidad y la rabia.  Aunque conozco muy bien a la susodicha, no dejo de sorprenderme por cada disparate que hace.

Hace alrededor de un año esta chica que llamaremos Princesa comenzó a trabajar en Fantasia Tóxico (así llamaré a la planta).  La chica, recién graduada de universidad, todavía pensaba que el mundo era rosa y que se ganaría una buena posición, dinero y privilegios solamente por su carita linda.  Dahr Veider fiel a su estrategia para controlar las emociones ajenas, le hizo creer a la chica que ser convertiría en su mentora para así enseñarle todo lo que necesitaba saber para ser exitosa en el negocio.  

Lo que realmente hacía Dahr era identificando sus debilidades y utilizando su ignorancia y deseos de superación para sacarle información sobre sus compañeros a la vez que la convirtió en su mensajera favorita.  Cuando todos se dieron cuenta de que la Princesa tenía pase directo a la oficina de Dahr activaron sus defensas y no le permitieron enterarse de nada importante que pusiera en riesgo la estabilidad emocional del grupo.  La chica fue vital en el acto cruel e inmisericorde de llevar al borde de la locura a la gerente de calidad, quién ya había llegado al paso #3 de la estrategía de Dahr.  Cuando se logró el propósito y la chica a cargo de Calidad renunció, la Princesa se ganó subir al paso #2, y se convirtió en la nueva gerente de calidad.

Pues bien, hasta ahí le llegó su etapa de niña buena y santa protegida por la todopoderosa Dahr Veider.  Desde ese momento, cumplida ya su misión, se convirtió en otro ser inútil ante los ojos de la jefa y por lo tanto empezó a conocer lo que desde hace tiempo sus compañeros vivian en carne propia.  De repente, su trabajo ya no era tan bueno, le hablaban "estrujao" al frente de los demás, su departamento era culpable de todo lo malo que pasaba alrededor, su actitud no era la correcta.  La Princesa empezó a sentirse fuera de grupo, sentía que estaba en el lugar incorrecto, ya la fantasia había llegado a su fin.  Lo peor era que sus compañeros no confiaban en ella por lo que no contaba con un grupo de apoyo como ellos.

Cuando la Princesa se enteró de que estaba embarazada en lugar de dar tan feliz noticia a todos, se sintió asustada pues sospechaba que eso no iba a ser del agrado de la jefa.  Ella sabía que esa condición le había traido problemas a una de sus compañeras porque entonces se complicaba el asunto para trabajar laaaargas horas y en horarios extraños.  Quizás por el estrés que sentía, la Princesa empezó a sentir ciertos malestares que la obligaron a visitar su doctor y para ello tuvo que decirle a Veider lo que pasaba.  En lugar de ser compasiva y al menos fingir que le importaba, Dahr Veider lo único que le dijo con cara de fastidio fué:  "yo lo único que quiero saber es si puedes trabajar".  Sus ojos y la expresión de su rostro denotaban furia, la vena en su cuello parecía que iba a reventar y con la cara roja de rabia ripostó: "ME DICES SI VAS A TRABAJAR O NO".

La Princesa, obviamente se sintió como una cucaracha, su jefecita que tantos favores le había hecho, por quién se ganó la enemistad y desconfianza de sus compañeros ahora la trataba asi.  ¡que mal!  Con cositas asi, no me explico cómo Dahr Veider no está en la lista de los peores jefes de la historia.  Nunca me enteré de la encuesta ni mucho menos a dónde había que llamar para nominarla, de seguro que si cuento todas sus historias hubiera sido la #1 de la lista.


lunes, 29 de noviembre de 2010

¿Qué hace de un lugar de trabajo, uno estupendo?

Trabajo se define como la ocupación que ejerce una persona a cambio de un salario.  También se define como dificultad o impedimento.  Yo pienso que no es casualidad que la misma palabra signifique ambas cosas, es una forma de decirnos que para ejercer nuestra ocupación tenemos que pasar dificultades y vencer obstáculos.  También pienso que no tiene por qué ser de esa forma.


Una vez escuché que el truco era tener un trabajo que no se sintiera como trabajo, tenía que ser algo que te apasionara tanto y tanto que al hacerlo no sintieras que trabajabas sino que disfrutabas de un pasatiempo.  No todos tienen la suerte de haber encontrado un trabajo que no parezca trabajo así que la mayoría de nosotros tenemos que conformarnos con encontrar una profesión que nos guste.  Gustarte, es una obligación, si no te gusta no es posible sobrevivir a las dificultades y el estrés del día a día.  


Estaba leyendo las noticias cuando me topé con este título:  ¿Es el suyo un gran lugar de trabajo?, por supuesto me detuve porque luego de la experiencia traumática que tuve hace un tiempo atrás el tema me interesa muchísimo.  Resulta que existe una institución que se dedica a evaluar empresas de todo el mundo y determina cuáles son las mejores para trabajar.  Dicen ellos que las mejores empresas son aquellas dónde existe un alto nivel de confianza entre los empleados y la gerencia.


Yo estoy de acuerdo con esa aseveración, se necesita sentirse en confianza para que esa relación funcione.  La confianza se gana cuando las acciones de los gerentes armonizan con sus palabras, cuando existe un ambiente de respeto mutuo, cuando a pesar del trabajo siempre hay tiempo para un sonrisa sincera, cuando se escucha la opinión y necesidades de los empleados y se respeta su individualidad.  No digo que los empleados hagan lo que les de la gana, por supuesto que no, lo que digo es que no todos somos iguales.  A algunos les gusta la fiesta y echar chistes y otros son más callados.  ¿Por qué insistir casi al nivel del hostigamiento para que todos los empleados vayan a la fiesta de Navidad?  Siempre hay quienes prefieren quedarse en su casa y si su compañía les respeta ese derecho se sentirán tranquilos y probablemente hasta se animen algún día a ir. 


Si te levantas en la mañana y logras llegar hasta tu trabajo sin que te duela el pecho o sin que pienses que tu vida es miserable porque tienes que ir a trabajar, entonces posiblemente tu lugar de trabajo sea estupendo.  Si te sientes a gusto, entonces, mi amig@ cuídalo porque no hay muchos lugares así.  Si ocurre lo contrario, sientes que estás confinado en un campo de concentración, entonces sal corriendo y búscate otro porque a la larga esos lugares  tóxicos hacen daño a la salud física y mental, a la autoestima y afectan tu relación con tu pareja, familia y amigos.


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martes, 23 de noviembre de 2010

¿Por qué no quieres ser gerente?

Una de las cosas que más disfruté cuando era gerente de planta era la oportunidad de servir de mentora a aquellos prospectos jóvenes que tenían el potencial para llegar a ser gerentes.   Es política de la compañía que cada planta tenga un plan de sucesión en cada departamento para que llegado el momento de sustituir al gerente ya tengamos un fuerte candidato interno a ocupar la plaza.   


El problema que encontré en aquel momento es que la gente tiende a fijarse en los malos ejemplos y recordar las cosas negativas más que las positivas.  En situaciones similares, el personal siempre se acordaba más de los gerentes mediocres que de los que habían sabido manejar la situación efectivamente.  Los gerentes malos, tienen nombres claves relacionados a la forma en que la gente los percibe.  Ninguno de los prospectos se negaba a aprender, al contrario lo hacían encantados pero tan pronto les mencionaba la probabilidad de que llegaran a ocupar la posición de gerente en algún momento sus caras cambiaban, seguro porque estaban pensando en los nombres claves que algún día le pondrían a ellos.


Luego de un rato pude descubrir sus razones para no querer ser gerente.  A continuación les menciono algunas de ellas:

  1. Nadie quiere ser el malo de la película - muchas veces las decisiones que tienen que tomar los gerentes no son las que los empleados quisieran, ser verdugo no es el sueño de nadie normal.
  2. No quieren practicar la hipocresía - el jefe no siempre puede decir lo que piensa, cuando no le cae bien una persona tiene que ser amable y hasta fingir que le agrada, tiene que asistir a cenas de negocios y dibujar su mejor sonrisa aunque tenga ganas de mandarlos a todos al carajo, va a despedirte mañana pero hoy actúa como tu mejor amigo, etcétera.  
  3. Miedo a convertirse en el llanero solitario - siendo el jefe, tus antiguos compañeros ya no querrán janguear contigo y si lo hacen probablemente tu tengas miedo de que sea para pedirte favores.  Tendrás que cuidarte de lo que hablas, con quién estás y qué haces en todo momento.  Tus obligaciones te obligarán a pasar largas horas en la oficina que te separarán de tu familia y amigos por lo que terminas siendo una persona solitaria.
  4. El grillete - Eres responsable de lo que pase en tu área 24-7, tienes un celular que tienes que contestar cada vez que suene sin importar la hora, lo qué estés haciendo ni con quién estés.  Ya no podrás planificar vacaciones sin la preocupación de que te las cancelen a última hora.  Vivirás con la sensación de que tu vida ya no es tuya, alguien más es tu dueño, le vendiste el alma al diablo por dinero y algo de poder. 
  5. No quieren ser vistos como idiotas - esta viene de la opinión generalizada de que los jefes no saben nada ni hacen nada pero se llevan toda la gloria.  Todos piensan que la vida del jefe es fácil, ganan mucho dinero y lo único que tienen que hacer es ir a reuniones, poner cara de idiota cuando no entiende algo y tomar una decisión tratando de convencer a todos de que si sabe lo que está diciendo.  Por supuesto que nadie quiere ser el objetivo #1 de las burlas de todos los demás.
¡Que mal que sea de esta forma!, desafortunadamente la profesión de gerente está tan denigrada cómo ser político.  La calidad excepcionalmente mala de los corruptos y mediocres opaca el buen trabajo de otros, como las noticias malas viajan más rápido y hacen más ruido todos se enteran de lo malo pero pocos escuchan lo bueno.  Ser gerente tiene sus altas y sus bajas como todas las profesiones del mundo, lo importante es que disfrutes lo que haces y que sepas establecer un balance entre tu trabajo y tu vida personal.

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lunes, 8 de noviembre de 2010

¿Sabes lo que es el Principio de Peter?

Hace varias lunas atrás tenía un jefe a quién cada vez que miraba, me preguntaba cómo diablos había llegado a ser gerente del departamento.   El individuo llevaba más de 25 años trabajando en la compañía, los últimos 10 en la misma posición.  Para mi siempre fue como un dinosaurio tratando de adaptarse a la vida actual.  El jefe, conocía la planta entera, a todos los empleados por su nombre y no había nadie mejor que él para resolver problemas cotidianos en el piso de producción.  Debido a sus conocimientos del proceso de manufactura completo y la cantidad de años en la empresa se convirtió en la enciclopedia viviente, todos llegaban hasta su oficina a buscar las lecciones aprendidas del pasado.


A estas alturas, me imagino que se están preguntando porqué dije que no entendía como había llegado a gerente si luego dediqué todo un párrafo a destacar sus excelentes cualidades.   Lo que pasa es que me falta la segunda parte, sus defectos, o como diría mi amiga la sigoloca, digo sicóloga; cualidades en construcción.


Sus cualidades en construcción eran varias, pero puedo resumirlas simplemente diciendo que era un mal gerente.  El tipo era un desastre para la parte administrativa de su trabajo, la desorganización era la orden del día.  Nunca se acordaba de las fechas límites, ni del día y hora de las reuniones.  A las reuniones que llegaba sin que lo llamaran, siempre llegaba tarde porque estaba en el piso de producción resolviendo problemas.  Su problema con las fechas era en parte causado por su intensa aversión a la tecnología.  No le gustaban las computadoras, no sabía como utilizarlas efectivamente por lo que el calendario del programa de mensajes así como el del teléfono inteligente que tan solo sabía usar para hacer llamadas eran puros accesorios de lujo.


Si querías que un documento entrara al triángulo de las Bermudas, solo tenías que dejarlo sobre su escritorio, si necesitabas que un informe se perdiera en la dimensión desconocida, solo tenías que entregárselo a la mano.  Su oficina parecía un almacén de artículos perdidos, ¡hasta ropa y zapatos tenía escondidos detrás del escritorio!


A la hora de tomar acción disciplinaria con los empleados, había que sentarse a esperar a veces días antes que se decidiera a tomar una decisión, simplemente no le gustaba disciplinar por lo que teníamos unos cuantos empleados que honestamente, parecían niños malcriados.  Ahora, si otra persona, digamos que el gerente de recursos humanos, le decía lo que tenía que hacer, entonces se sentaba con el empleado en cuestión y lo disciplinaba.


Como me imagino dedujeron hace rato, el jefe fue un excelente supervisor, por eso lo premiaron con la promoción a gerente.  Sin embargo, ser un excelente supervisor no implica que vas a ser un excelente gerente.  Tampoco ser buen empleado garantiza que sea un buen supervisor.  Mi jefe es un buen ejemplo del Principio de Peter, un individuo que llegó a su nivel de incompetencia. Nunca había escuchado de este principio, pero tan pronto leí sobre el mismo supe que mi jefe encajaba perfectamente con la descripción.


Según Laurence J. Peter cuando hacemos bien un trabajo, somos ascendidos.  Hacemos bien el nuevo trabajo y nuevamente somos ascendidos.  Esto sigue pasando hasta que eventualmente llegamos a una posición que ya no podemos hacer bien.  En ese momento llegamos a nuestro nivel de incompetencia.  Al llegar allí, nos estancamos o volvemos a una posición inferior, o nos despiden.  Interesante teoría que el autor expone en un libro que al redactarse se supone que era un chiste y terminó siendo un fenómeno muy debatido en el área de recursos humanos.  Obviamente, el principio aplica a cualquier ambiente de trabajo, incluyendo la política.


Como punto a favor del Principio de Peter, a mi jefe, luego de muchos años tratando de que hiciera su trabajo administrativo eficientemente, le dieron otra posición, a un nivel inferior por supuesto.  Entonces, el dinosaurio volvió a su habitat, jamás lo había visto reír tanto y tan seguido como desde el día en que le dieron su nueva posición.    



viernes, 22 de octubre de 2010

10 Cosas que tu piloto no te diría

Para muchos niños, ser piloto de avión resulta ser una de las profesiones que más desean ser cuando sean grandes.  Para muchos adultos, los pilotos de aviones comerciales resultan tener cierto encanto.  Ya que paso mucho tiempo en los aeropuertos tengo la oportunidad de observar muchas reacciones de la vida cotidiana en ellos y siempre es divertido ver cómo la gente reacciona cuando pasan los pilotos. 


Los pilotos siempre caminan rápido, muy erguidos mientras van halando sus multiples maletas y siempre vistiendo sus fabulosos uniformes.  Esos uniformes son los causantes de que muchas mujeres volteen la cara para mirarlos mientras sabrá Dios que cosa pasa por sus mentes y que  los niños se queden embobados mirándolos, quizás imaginándose que son ellos los que van a pilotar el avión.


Sin embargo, la profesión no es tan glamorosa como muchos piensan, los pilotos también tienen muchas quejas y como nosotros tampoco entienden muchas otras.   Readers Digest entrevistó varios pilotos de aerolíneas comerciales y les pidió que compartieran con ellos aquellas cosas que consideran secretos de su profesión, ¿Cúales son esas cosas que jamás dirían a un pasajero?  A continuación las primeras diez:

  1. Las aerolíneas presionan a los pilotos cada vez más para que viajen con menos gasolina en el tanque.  ¿qué qué?  O sea, carguen menos gasolina porque si tienes problemas y te falta gasolina te paras en la primera nube con autoservicio y recargas gasolina, ¡Pero que barbaridad!  Y después se hacen locos si el avión se cae.
  2. Muchas veces, al asignar los vuelos de los pilotos, no toman en cuentan que son humanos y tienen que comer por lo que ellos atrasan el despegue, mientras comen.
  3. Los pilotos solamente dicen lo básico, si un motor falla, jamás lo dirían.
  4. El Departamento de Transportación hace tanto hincapié en que despeguen a tiempo, que aunque sepan que hay 20 pasajeros que vienen tarde en su vuelo de conección no se supone los esperen.   
  5. La mayor parte del tiempo los pilotos están cansados, su profesión permite que tengan turnos de hasta 16 horas.  Nuevamente, si se sienten cansados tan solo tienen que estacionarse en la nube de servicio más cercana.
  6. ¡No, tampoco ellos se creen muchos de los atrasos por culpa de las condiciones del tiempo!
  7. ¡Es cierto, las aerolíneas ajustan el tiempo estimado de vuelo (lo aumentan claro está) para que así parezca que su por ciento de vuelos a tiempo es mayor!
  8. Puede que pasen una buena parte de sus vidas en el aeropuerto pero eso no quiere decir que conozcan todos los aeropuertos a los que llegan, a veces están tan perdidos como usted.
  9. Algunas reglas de la FAA tampoco le hacen sentido a ellos, como que los asistentes de vuelo tengan que amarrarse cual pilotos de Nascar mientras van transitando por la pista a 10 millas por hora.
  10. Esta es una de mis favoritas, no siempre que usted compre un pasaje de una aerolínea super famosa y se monte en un avión con el logo de ellos, está usted viajando realmente con ellos; puede que en realidad esté usando los servicios de una línea regional que no tienen que cumplir con las mismas reglas de seguridad y cuyos pilotos no les requieren las mismas horas de vuelo ni adiestramiento para volar comercialmente.

lunes, 11 de octubre de 2010

Dahr Veider y la inteligencia emocional

Una cosa que  me quema por dentro y me hace perder mi habitual armonía es la gente que se las da de inteligentes y son más cerraos que un tubo de radio.  Una frase que está en boca de muchos en estos días es la inteligencia emocional.  Ahora los que creen que saben y no saben nada, hablan de la inteligencia emocional y juran ser los seres más emocionalmente inteligentes del planeta.  Yo conozco esta gerente general de una compañía de manufactura que peca de ser una bruta emocional pero se las echa de lo contrario.  Esta mujer tiene tantas historias que seguramente escribiré mucho sobre ella, por lo que voy a bautizarla como Dahr Veider.  Cualquier parecido con el Darth Vader de la serie de Star Wars magistralmente concebida por George Lucas no es coicidencia, es más creo que el famoso autor se inspiró en esta mujer para crear su maléfico personaje.   


Según Wikipidia, inteligencia emocional es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos.  Cuando nos sentimos a gusto en el trabajo, generalmente es porque nos llevamos bien con los compañeros, se trabaja en equipo, existe cooperación entre todos y el jefe sabe como motivar y mantener este ambiente sin dejar de lado, claro está, la productividad.  Cuando ocurre lo contrario, las personas se desmotivan.  Si el jefe solo sabe criticar y echarle la culpa a todos por lo mal que están las cosas muy pronto el estrés y el miedo a perder el trabajo provocan errores.  Nadie puede pensar con claridad en el trabajo ni tomar desiciones de ningún tipo porque el único pensamiento conciente es: "con que carajo vendrá este(a) a joder hoy".


Para Dahr Veider, inteligencia emocional es la capacidad para reconocer los sentimientos ajenos y usar esa información para manipular y controlar a los demás.  No vale la pena reconocer los sentimientos propios, especialmente si son negativos.  Esto es así porque un ser emocionalmente inteligente, manipula y controla a los demás usando los sentimientos negativos propios,  los únicos sentimientos que se manejan son los ajenos.  


Dahr Veider es toda una experta en el arte de controlar las emociones ajenas, tiene una estrategia muy definida y hasta ahora muy exitosa.  Su estrategia consiste de tres pasos:

  1. Te atrae a su reino y se convierte en tu mentora, mientras te va estudiando y buscar sobre todo identificar tus debilidades, porque esas las usará durante el paso #3.
  2. Te eleva hasta la posición más alta posible (mientras eres útil para sus planes o no representas amenaza para sus planes)
  3. Cuando ya no te necesita o se da cuenta que eres un ser pensante que no se deja manipular, te hace caer y te pisotea.   

Durante los primeros dos pasos, Dahr acostumbra exagerar tus destrezas, alimenta tu ego, te hace creer que ella cree incondicionalmente en tus habilidades y simula que es capaz de defenderte contra todos y perdonarte y apoyarte cuando cometes un error.  Si cometes la imprudencia de demostrar que eres mejor profesional de lo que ella alguna vez soñó ser o de ganarte el apoyo de los empleados, entonces pasarás a conocer la tercera etapa.  Esto también puede suceder si ya se cansó de ti o si luego de hacerte trabajar de 14-15 horas al día 5 ó 6 días a la semana (o sea te chupó to' el jugo) comienzas a mostrar síntomas de cansancio y cometes errores.  Es en esta etapa que Dahr Veider se luce con sus técnicas de manipulación.  Sus técnicas preferidas son:   

  1. Hacerte dudar de ti mism@ - crítica todo lo que haces sin importar si está bien hecho o no, dice que te dijo algo que realmente nunca dijo o viceversa nunca lo dijo pero jura por su madre que si te lo dijo, te cambia las señales constantemente, hoy te dice que resuelvas asi y mañana para la misma situación te dice que resuelvas de otra forma.
  2. Proyección - atribuye a tu persona toda clase de características negativas propias tales como, inseguridad, desconfianza, engaño y miedo, entre otros.
  3. Degradar -  busca despreciar todo lo que haces y despreciarte a ti mism@, te pone etiquetas como "looser" o aburrido, hace bromas a costa tuya, disimuladamente te humilla, no reconoce tus éxitos y engrandece tus fracasos.
  4. Ignorar - Pasa por el frente tuyo y no te saluda, sabe que eres un experto en la materia X pero no busca tu opinión, mientras celebran el cumpleaños de aquellos que están en las etapas 1 y 2 en plena reunión de staff; se le olvida el tuyo.
  5. Destruir la individualidad - Prohibido pensar, hay que hacer lo que Dahr diga, cero tertulias, nada de compartir fuera del trabajo, no es posible ser amigo de nadie: la amistad estimula la fidelidad y la confianza - esos sentimientos no promueven la guerra entre gerentes, por lo tanto están prohibidos.
  6. Difamación - Si todo lo demás no funciona entonces hay que acusarte de algo realmente malo, por ejemplo; sabotage o fraude.
Realmente, Dahr hace justamente lo contrario a lo que un jefe emocionalmente inteligente haría.  La señora Veider es tan insegura que le teme a los buenos empleados, le tiene pánico a que la opaquen.  Como no tiene una vida más alla del trabajo pretende que todos a su alrededor sean de esa forma y con ello crea un ambiente francamente depresivo que no aporta nada positivo al trabajo.  Si usted quiere ser un profesional exitoso, haga justo lo contrario a lo que hace Dahr Veider.

sábado, 2 de octubre de 2010

En Puerto Rico, las mujeres ganan más que los hombres

El American Community Survey es una encuesta que se realiza constantemente por la oficina del censo de Estados Unidos.  La encuesta se envía mensualmente a 250,000 direcciones de correo.  Regularmente, durante el año va recopilando información igual a la contenida en el formato del censo de cada diez años.  Hoy leí en el Caribbean Business que la encuesta  realizada por el American Community Survey  durante el 2009, encontró que en promedio las mujeres ganaron más que los hombres.  Durante año 2008 ocurrió lo mismo.  

Durante el pasado año, las mujeres ganaron en promedio $20,563 mientras los hombres ganaron en promedio $19,906.  Puerto Rico es el único estado o territorio de los Estados Unidos dónde ocurre esto.  Las razones no están claras, se ha mencionado el hecho de que en Puerto Rico las mujeres tienen niveles de asistencia escolares más altos que los hombres y cambios en el mercado de labor en el país (dónde la manufactura cedió su lugar dominante a las industrias de servicio).  

También se menciona en el artículo que la misma encuesta encontró que un 18.9% de las mujeres de 25 años o más tiene un bachillerato contra un 12.9% de los hombres.  De la misma forma un 5.8% de las mujeres de 25 añ0s o más tiene un grado a nivel graduado o profesional contra un 4.7%.  Me llama la atención que se menciona que en Puerto Rico los hombres tienen una participación mucho menor que en los Estados Unidos en el mercado laboral.  Tanto mujeres como hombres, ganan mucho menos que aquellos que viven en cualquiera de los cincuenta estados.

¿Qué está pasando en nuestra isla?  ¿Dónde están nuestros hombres?  Algunas alternativas son:  en alguna de las guerras en que participa EU, son parte dominante en la economía informal (incluyendo la ilegal), están presos, se han ido fuera del país a buscar fortuna o sencillamente, no trabajan.

Sea lo que sea, parece que nos toca a nosotras las mujeres sacar la cara por el país.  Se necesita la fuerza y tenacidad que tienen miles de mujeres, muchas de ellas madres solteras, que administran y hacen miles de malabares para echar pa' lante sus hogares.  Los hombres que quedan , tienen que unirse y formar un equipo y olvidarse de ideas machistas y retrógadas, el país hay que moverlo hacia el frente y por lo visto; parece que las mujeres son el futuro. 

Fuente:  Caribbean Business, edición web del sábado 2 de octubre, 2010.



jueves, 2 de septiembre de 2010

El Loco de Jet Blue - Parte 2

Ayer comentaba sobre cómo ciertos comportamientos de los supervisores provocan altos niveles de stress que desembocan a su vez en enfermedades físicas y/o mentales, pérdida del control, incidentes violentos o en la renuncia.  El tema fue provocado por el incidente en New York en el que un auxiliar de vuelo de Jet Blue insultó a una pasajera, anunció que estaba harto y renunció.  Tras su renuncia, Steven Slater activó la rampa inflable de emergencia del avión y se tiró por ella para llegar hasta la pista y salir corriendo como loco.


El pobre Steve perdió la chaveta provocado por una insolente y altanera pasajera que antes del despegue lo maldijo y le pegó cuando él solamente trataba de ayudarla a acomodar su equipaje (demasiado grande para el compartimiento, por cierto)  para que pasara a sentarse lo antes posible.  La misma pasajera, tan pronto el avión aterrizó, se paró a sacar sus pertenencias mientras la aeronave transitaba por la pista.  Nuevamente Steve se aproximó a ella y le pidió que se sentara a lo que la "dama" respondió insultandolo y maldiciendo.  La pasajera tenía mucho coraje, entre otras cosas porque había tenido que declarar parte de su equipaje en la puerta de salida y ahora tenía que esperar por el mismo en el área de reclamo de equipaje.


Slater está en aprietos con la justicia, enfrenta cargos que pueden llevarlo a prisión hasta por siete años; pero entre la comunidad en general se ha convertido en casi un héroe.  Me imagino por qué existen páginas en las redes sociales con miles de personas apoyándolo.  Debido a mi  trabajo viajo con mucha frecuencia y ya había hecho la observación de los malos tratos que enfrentan los auxiliares de vuelo.  Hay personas que creen que los auxiliares son sirvientes, seres inferiores que tienen que satisfacer todos sus caprichos y por tal razón creen tener derecho a insultarlos o hablarles de mala manera.  Lei en estos días que los insultos y vituperios incluyen golpes, amenazas a su vida, les tiran encima restos de comida o bebida y hasta los han escupido en la cara.


La gente no quiere seguir reglas, que algunas son estúpidas, cierto; pero siguen siendo reglas y mientras alguien entre en razón y las cambien tenemos que cumplirlas.  Las reglas federales exigen que todos los pasajeros se encuentren sentados, con el cinturón de seguridad puesto, las mesitas plegadas y todos los electrónicos apagados antes de que el avión pueda moverse de la puerta de salida y mientras transita por la pista, despega y alcanza una altura razonable.  En este momento el capitán autoriza a quitarse el cinturón y caminar por la cabina, si es que las condiciones de vuelo lo permiten.  También en este momento, se da permiso para encender aquellos equipos electrónicos autorizados. 


Yo he visto personas que insisten en seguir con sus computadoras ó celulares prendidos mucho más allá del momento en que por primera vez con firmeza pero muy amablamente piden que los apaguen.  Un auxiliar de vuelo se les acerca, una, dos y hasta tres veces y siguen haciendo caso omiso.  Yo les quitaría el equipo de mala forma y les daría en la cabeza con el aparato.  


Hay otros que deciden pararse a estirar las piernas justo cuando el capitán anuncia que todos deben permanecer sentados o regresar a sus asientos porque la nave está entrando a una zona de turbulencia.  Un atento y eficiente auxiliar le llama la atención y el pasajero lo manda al carajo porque quién demonios puede permanecer sentado por más de tres horas en esos asientos tan estrechos y con tan poco espacio para las piernas.  iComo si el pobre auxiliar tuviera la culpa!  Deberian dejarlos caminar a su antojo para que se golpeen la cabeza en uno de esos brincos que da el avión, o peor le caiga en la falda a alguna elegante señora cuyo celoso marido le va a dar una bofetá que lo va a dejar bailando como un trompo.  


En la era en que las líneas aereas cobran por cada maleta que se declara, todos quieren llevar su equipaje en la mano (carry on) sin importar cuantas maletas o el tamaño de las mismas.  Hay un máximo de piezas por pasajero, dos por lo general, pero algunos quieren llevar una maleta, el maletín de la computadora y una enorme caja con sabrá Dios qué cosas.  El número de personas que pretende hacer esto es considerable y por supuesto insultan al atrevido auxiliar de vuelo que se atreva a llamarles de atención.  Estas personas no solo no siguen las reglas sino que demuestran ser insensibles a las necesidades de los demas, no entienden que si ellos llevan más piezas de las permitidas alguien se va a quedar sin espacio para acomodar su única maleta.  De castigo, deben obligarlos a declarar todo su equipaje y claro, que paguen por ello.  Lo mismo deben hacer con los que pretenden entrar al avión con una maleta con casi el doble de tamaño permitido.


En vuelos de más de tres horas, el hambre aprieta y el mal humor empieza a aparecer incluso entre los más calmados.  Ya no se da comida, cuando mucho refrescos y se vende a precios ridiculamente altos algunas meriendas.  El colmo de los colmos es que los suministros de estas meriendas son tambien limitados y muchas veces sucede que cuando llega el auxiliar hasta dónde uno, ya se acabó todo.  Esta situación se convierte en una oportunidad para atacar nuevamente al pobre empleado que obviamente no tiene la culpa de la macetería de la gerencia.


Son los auxiliares de vuelo los que tienen que dar la cara siempre, son los que tienen que lidiar con los irrespetuosos, impertinentes y los que no siguen reglas.  Además son los que por ayudar a otro pasajero a veces se meten en problemas con terceros.   Con toda esa tensión, sin contar con todas las demas cosas que agravan la situación como el miedo latente de desperfectos mecánicos o ataques terroristas; comprendo por qué Steve Slater hizo lo que hizo.  Me imagino al pobre hombre aguantando todas esas calamidades por 28 años, tenía que llegar el día en que decidiera darle un pare a todo y lo hizo; aunque de mala forma.  Por eso mismo, creo yo que el hombre se ha convertido en una celebridad, hizo lo que miles de empleados oprimidos quisieran hacer.    


Lo malo es que todos tenemos algo de responsabilidad en este asunto, tenemos que aprender a controlar nuestras emociones, no podemos andar por ahí desquitando nuestros corajes con el primero que se nos pare enfrente.  Me pregunto dónde hemos dejado nuestros valores, el respeto por los seres humanos, la empatía.  Tenemos que empezar por querernos y respetarnos a nosotros mismos para luego practicarlo con la gente a nuestro alrededor.  El principio debe ser una sonrisa, seguida por una acción genuina de escuchar y entender a nuestro interlocutor, comprender y respetar.  Las leyes y reglamentos son para ser respetados, nuestros derechos terminan dónde empiezan los de nuestros vecinos.  Con violencia solo podremos obtener más violencia y de eso, ya tenemos demasiado.





miércoles, 1 de septiembre de 2010

El Loco de Jet Blue

Seguramente han escuchado del incidente en New York en el que un auxiliar de vuelo de Jet Blue insultó a una pasajera a través del sistema interno de comunicación del avión y acto seguido anunció que estaba harto y renunciaba.  Tras pronunciar su pequeño discurso, Steven Slater (así se llama el personaje)  tomó unas cervezas de un carrito de servicio, activó la rampa inflable de emergencia del avión y se tiró por ella para llegar hasta la pista y salir corriendo como loco.

Este incidente trae a mi mente dos cosas:  
1.  Cómo el stress del trabajo puede llevarte a perder el control, y 
2.  iCoño al fin alguien hizo lo que seguramente muchos auxiliares de vuelo quisieran hacer!

Hoy voy a hablar del primer tema, cómo el stress y otras cositas más nos van arrinconando hasta que nos hacen perder el control.  En el caso de nuestro amigo Steven Slater, se cansó de soportar los malos tratos de los viajeros, los cuales incluyen insultos y golpes.  Aparentemente, las condiciones del trabajo y el trato de la gerencia tambien contribuyeron con ir minando poco a poco a este pobre hombre hasta que terminó explotando con su renuncia en un modo bien poco convencional que ahora lo tiene enfrentando cargos que podrían llevarlo a la cárcel hasta por siete años.  Este caso no es tan raro, otras veces hemos oido quienes pierden el control y terminan matando a su jefe o disparando a mansalva en su lugar de trabajo.  

Con todas los retos que enfrentan las compañías ante la crisis económica, la presión sobre los empleados a todos los niveles para aumentar la productividad mientras se cortan gastos ha llegado a niveles insostenibles.  A eso, sumenle los malos tratos e injusticias a los que todavía hoy día son sometidos miles de empleados.  Muchos jefes aprovechándose de la situación económica actual han decidido que pueden darse el lujo de mostrar el verdadero color de sus plumas y han dicho adios al poco autocontrol que tenían.  Esto lo hacen porque piensan que la cosa está tan mala que sus empleados no van a renunciar y si lo hacen no van a poner en riesgo cualquier oportunidad que se les presente presentando una demanda contra su antiguo empleador. 

Sencillamente es injusto que los empleados que han sido maltratados tengan que conformarse con renunciar y buscar suerte en otro lado.  Mientras, su antiguo jefe continuará repitiendo su comportamiento simplemente porque nadie los detiene, para ellos es tan fácil como contratar otra persona para sustituir al que se fué.  Podría pensarse que esto ocurre muy poco, después de todo las leyes laborales en EU y PR están diseñadas para proteger al empleado;  pero desafortunadamente no es asi.  Yo personalmente conozco muchos casos, varios de ellos ex-empleados de la misma compañía.  No hace mucho al hablar sobre el tema con un profesional de recursos humanos me aseguró que esos no son casos aislados sino que representan un grupo bastante grande en el país.

¿Qué opciones tienen los empleados?  Todos aquellos que han sido maltratados sicológicamente, han sido sometidos a ambientes hóstiles de trabajo, hostigamiento de todos tipos o diferentes tipo de acciones con el propósito de minar su confianza en si mismos y matar su autoestima no pueden hacer otra cosa sino renunciar o seguir aguantando.  Si siguen aguantando el final puede ser violento como los casos que hemos hablado o pueden terminar  enfermos.  Enfermedades como depresión, ansiedad, alta presión, diabetes y otras causadas por el stress excesivo y la falta de sueño pueden llevar a esos maltratados empleados a la muerte.  A veces se encierran en si mismos, alejandose de sus amigos y familia terminando muchas veces con matrimonios y otras relaciones.

Cuando la opción  escogida es renunciar, entonces no queda otra sino comenzar la larga y difícil búsqueda de empleo.  Esto no deja de ser angustiante y también muchas veces termina afectando la salud y el entorno familiar de las personas.  Amigos que son profesionales en recursos humanos están de acuerdo en que si investigan a un candidato a empleo y encuentran que demandó a un antiguo jefe o tiene una demanda de ese tipo pendiente, su resumé pasa automáticamente al fondo de la pila de resumés.

Entonces, vuelvo a preguntar:  ¿Qué opciones tienen los empleados maltratados?  ¿De qué forma se pueden proteger de los jefes abusadores?  ¿Cómo detener a esos tiranos para que no continuen con sus malos tratos?  Quedarse callados no puede ser una opción, esa es una forma de ser complices de la situación.  Me parece que esto es un buen tema en el que nuestros brillantes legisladores deben invertir su tiempo investigando al respecto y tomando acción de alguna manera para darles a estos empleados mejores herramientas para protegerse.