miércoles, 1 de diciembre de 2010

Yo lo quiero es saber si puedes trabajar


En estos días una amiga que tiene el dudoso honor de trabajar en la compañía comandada por la antes mencionada Dahr Veider, me contaba sobre sus más recientes peripecias.  Cómo siempre, la reacción es una mezcla que raya entre la incredulidad y la rabia.  Aunque conozco muy bien a la susodicha, no dejo de sorprenderme por cada disparate que hace.

Hace alrededor de un año esta chica que llamaremos Princesa comenzó a trabajar en Fantasia Tóxico (así llamaré a la planta).  La chica, recién graduada de universidad, todavía pensaba que el mundo era rosa y que se ganaría una buena posición, dinero y privilegios solamente por su carita linda.  Dahr Veider fiel a su estrategia para controlar las emociones ajenas, le hizo creer a la chica que ser convertiría en su mentora para así enseñarle todo lo que necesitaba saber para ser exitosa en el negocio.  

Lo que realmente hacía Dahr era identificando sus debilidades y utilizando su ignorancia y deseos de superación para sacarle información sobre sus compañeros a la vez que la convirtió en su mensajera favorita.  Cuando todos se dieron cuenta de que la Princesa tenía pase directo a la oficina de Dahr activaron sus defensas y no le permitieron enterarse de nada importante que pusiera en riesgo la estabilidad emocional del grupo.  La chica fue vital en el acto cruel e inmisericorde de llevar al borde de la locura a la gerente de calidad, quién ya había llegado al paso #3 de la estrategía de Dahr.  Cuando se logró el propósito y la chica a cargo de Calidad renunció, la Princesa se ganó subir al paso #2, y se convirtió en la nueva gerente de calidad.

Pues bien, hasta ahí le llegó su etapa de niña buena y santa protegida por la todopoderosa Dahr Veider.  Desde ese momento, cumplida ya su misión, se convirtió en otro ser inútil ante los ojos de la jefa y por lo tanto empezó a conocer lo que desde hace tiempo sus compañeros vivian en carne propia.  De repente, su trabajo ya no era tan bueno, le hablaban "estrujao" al frente de los demás, su departamento era culpable de todo lo malo que pasaba alrededor, su actitud no era la correcta.  La Princesa empezó a sentirse fuera de grupo, sentía que estaba en el lugar incorrecto, ya la fantasia había llegado a su fin.  Lo peor era que sus compañeros no confiaban en ella por lo que no contaba con un grupo de apoyo como ellos.

Cuando la Princesa se enteró de que estaba embarazada en lugar de dar tan feliz noticia a todos, se sintió asustada pues sospechaba que eso no iba a ser del agrado de la jefa.  Ella sabía que esa condición le había traido problemas a una de sus compañeras porque entonces se complicaba el asunto para trabajar laaaargas horas y en horarios extraños.  Quizás por el estrés que sentía, la Princesa empezó a sentir ciertos malestares que la obligaron a visitar su doctor y para ello tuvo que decirle a Veider lo que pasaba.  En lugar de ser compasiva y al menos fingir que le importaba, Dahr Veider lo único que le dijo con cara de fastidio fué:  "yo lo único que quiero saber es si puedes trabajar".  Sus ojos y la expresión de su rostro denotaban furia, la vena en su cuello parecía que iba a reventar y con la cara roja de rabia ripostó: "ME DICES SI VAS A TRABAJAR O NO".

La Princesa, obviamente se sintió como una cucaracha, su jefecita que tantos favores le había hecho, por quién se ganó la enemistad y desconfianza de sus compañeros ahora la trataba asi.  ¡que mal!  Con cositas asi, no me explico cómo Dahr Veider no está en la lista de los peores jefes de la historia.  Nunca me enteré de la encuesta ni mucho menos a dónde había que llamar para nominarla, de seguro que si cuento todas sus historias hubiera sido la #1 de la lista.


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