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martes, 11 de enero de 2011

¡Quiero ir a las Fiestas de la calle San Sebastian!

Mientras que en el resto del mundo las Navidades ya son un recuerdo, en Puerto Rico celebramos las octavitas mientras nos preparamos para el evento de cierre por excelencia, las Fiestas de la calle San Sebastian.  Estas fiestas son mucho más que licor y bochinche, son un asunto de pueblo, de cultura.


Lo mejor de las fiestas de sanse es que hay de todo para todos los gustos.  En mis años de universidad iba más por la bachate, el beber y compartir con los amigos hasta que el sol nos diera en la cara.  El mar de gente que inunda la sanse y calles aledañas, todos hablando a la vez y todos los tipos de música que salen de cada negocio y de cada tarima se  unen para hacer imposible poder llevar una conversación.  Pero de alguna forma, lo hacemos, no se cómo pero hablamos, hacemos chistes, nos vacilamos a to' el mundo y nos reímos.  Es la energia especial de las fiestas de la calle San Sebastían.


Hace tiempo que dejé de asistir por la noche, ahora prefiero ir durante el día.  Llegar temprano el sábado en la mañana y buscar un estacionamiento decente es mi objetivo año tras año.  Asi puedo disfrutar de los kioskos de artesanias sin empujones ni mucho apuro.  Me encanta apreciar el arte de nuestros artesanos, deleitarme con las muestras de su talento y escuchar los relatos de su creación.  Nuestros artesanos son una represantación más de nuestra cultura, trabajos únicos que muestran al mundo un poco de lo que somos, nuestra esencia y nuestro pasado.  Siempre aprovecho para comprar alguito, aquí y allá.


Disfruto mucho del desfile de cabezudos y otros agregados.  El desfile es música, niños pequeños luciendo la vestimenta tradicional de los jíbaros, las bandas escolares, los zancudos, grupos de bomba y plena, vejigantes y mis favoritos, los cabezudos.  El ambiente es familiar, abuelos, padres, hijos, nietos y amigos.  Todos se juntan en un solo mar de gente, puertorriqueños, cubanos, dominicanos y turistas, disfrutando de lo lindo, moviendo al ritmo de la música.  


Después de tanto brincoteo y bailoteo, cuando podríamos quitarnos la ropa para esprimirle el sudor es hora de buscar un oasis.  Una cervecita bien fríiiiiia, un trago, agua, refresco o un juguito de frutas natural, lo que sea pero hay que acabar con la sed.  No pueden faltar los kioskitos con las tradicionales delicias puertorriqueñas para la picadera: bacalaitos, alcupurrias, mofongo, rellenos de papa y pinchos, todos dispuestos a llenarnos la barriguita.  


Puedo estar el día completo caminando por allí, pero según va pasando el día se va haciendo más difícil caminar, porque hay más gente y porque las piernas me empiezan a fallar.  Cuando ya no puedo más se que inevitablemente es hora de irme.  Esbaratá, con el cuerpo adolorido pero el espiritu bien arriba, asi salgo de las Fiestas de la calle San Sebastian, pasan los años pero el gusto por ir no se me quita, se transforma, pero no se quita.  Este año no voy a poder ir, lamentablemente durante esos días estaré de viaje, pero cómo me encantaría cumplir mi tradición, ¡ja! dejame ver, yo creo que hago un truco y salgo del avión directo pa' la calle sanse.  :-)





jueves, 6 de enero de 2011

Al pesebre no fue el viejo panzón...

¡Feliz Día de Reyes!  En casa nunca se le dió gran importancia a Santa Cló, pero Los Reyes Magos, esos sí que eran bien esperados.  Como les relaté ayer el asunto empezaba desde la víspera y al llegar el día, lo primero que hacíamos era ir de cuarto en cuarto buscando debajo de todas las camas los regalos.  Además pasábamos inspección sobre lo que habían comido o no los camellos, siempre era emocionante encontrar que se lo habían comido todo.


Ese día había que ir a la iglesia primero y luego empezabamos nuevamente nuestra expedición por las casas de los tíos buscando lo que nos habían dejado.  La casa más esperada era la de mi tía pues allí estaban nuestros primos hermanos con quienes jugabamos sin parar durante horas.  Nadie pensaba que ese día marcaba el fin de las vacaciones de navidad en la escuela, de eso nos preocuparíamos después, en ese momento lo importante era jugar.


A continuación un pequeño regalo de Reyes, Modesto Nieves y la Orquesta Jíbara:  Yo creo en los Reyes.





miércoles, 5 de enero de 2011

¿Celebras la víspera del Día de Los Reyes?

Hoy es la víspera del Día de Reyes, un día que siempre fue bien especial para mi.  El día de Nochebuena nunca tuvo ni la mitad del encanto de la Víspera de Reyes, ¿por qué?  Fácil, era un día en que saliamos de excursión y nos divertíamos muchísimo.


La casa de mi abuela tenía un patio enorme, en el mismo había muchas hortalizas y árboles frutales sembrados.  Había mucho espacio para correr, una "montaña" para escalar, un camino perfecto para correr las bicis y las patinetas y muchos arbustos alrededor que facilitaban jugar de esconder ¡pero no tenía hierba pa' Los Reyes!  Al menos eso era lo que siempre le deciamos a abuela, "es que abuelo limpia tan bien el patio que no deja hierba suficiente".  Mi abuela no tenía muchos problemas con el argumento porque después de todo fue ella quién nos acostumbró a salir en busca de hierba pa' Los Reyes todos los días 5 de enero.


A mitad de tarde, ella salía con los 5 nietos a buscar hierba por los alrededores.  Esta era una misión difícil considerando que su casa estaba en un barrio del pueblo dónde la suya era la exepción, en las otras en el patio solo había cemento.  Ibamos a pie porque mi abuela nunca aprendió a guiar y porque de otra forma no hubiera sido tan divertido.  La diversión era simplemente caminar con una caja de zapatos vacía en la mano buscando la hierba adecuada, porque no podía ser cualquiera, tenía que ser bien verde, fresca y bien cortadita.  Sabiamos que había un terreno baldío cerca de la iglesia que ella frecuentaba, como a 20 minutos de camino desde su casa y este lógicamente se convirtió en nuestra fuente favorita del material que serviría para alimentar a los camellos.  La ilusión de imaginarnos los pobres camellos comiendo todo lo que les dejabámos era lo que nos motivaba, era el motor que hacía el recorrido divertido.  Nuestra abuela nos enseñó que dejarles alimento y agua era un acto de acción de gracias por los regalos que nos dejarian esa noche, porque siempre había que ser agradecido. 


Al llegar a la casa nos tocaba separar los mazos de hierba y sacudirles la tierra,  Después habia que formar grupitos de hierba que dejaríamos debajo de la cama del tío, de los abuelos, de la bisabuela y de nuestros padres.  Si se podía había que ir a casa de las tías para dejar hierba allí también.  Era una gran excursión, todos juntos riéndonos, soñando con lo que nos traerían Los Reyes.  Así pasamos nuestros días de Víspera de Reyes, y tú ¿cómo los pasas?


lunes, 3 de enero de 2011

¿Vieron las luces bailarinas de Mayagüez?

Una de las actividades navideñas favoritas de mi familia es visitar los centros urbanos de algunos pueblos para ver las luces y adornos navideños.  Este fin de semana visitamos la Plaza de Colón de Mayagüez.  Los últimos años su decoración ha estado preciosa pero este año es espectacular, las luces en movimiento al acorde de la música navideña me impresionaron.


En realidad, lo que más me impresionó fue el ambiente que había, se respiraba alegría.  Había mucha energía en ese lugar, se sentía en el ambiente. Había mucha gente, familias enteras.  La cara de sorpresa de niños y adultos cada vez que empezaba "el show de los árboles" valía un millón.  Los troncos de los árboles de la Plaza están adornados con luces de diferentes colores, igual que un árbol de Navidad enorme que construyeron en una esquina.  Dichas luces cambian de color, prenden y apagan al ritmo de la música.  Cuando la música que hace las luces bailar terminaba la gente retornaba a sus conversaciones y al constante caminar entre los kioskos de artesanías y comida.  La energía positiva estaba representada por el alegre cotilleo de la gente, las risas esporádicas desde cualquier rincón de la Plaza, niños jugando, adultos bailando.    Estaba absorta observando todo esto cuando de repente escuché los acordes de una guitarra y acto seguido el sonido de un guiro y un tambor.  Segundos después un señor empezó a cantar aguinaldos y en menos de un minuto el pequeño grupo se vió rodeado un grupo de personas que les hacía coro o simplemente chocaban palmas y bailaban.  ¡Qué divino, niños haciendo coro en los aguinaldos!  ¡Minutos antes había visto abuelos bailando reguetton junto con las luces!


¡Que ambiente tan rico!  ¡Pura navidad puertorriqueña!  Allí no se escuchaba hablar de asesinatos, despidos, violencia ni de ninguna otra cosa negativa, todo era sobre la familia, el frío pelú, todo lo que han comido y haciendo planes para la víspera y el día de Los Reyes.  Los aguinaldos siguieron por un rato hasta ser interrumpidos por la música de los árboles nuevamente.  Otra vez la gente se quedó lela mirando las luces en los árboles de la plaza hasta que de momento ví un movimiento extraño.  Cuando me fijo bien en lo que pasaba era un par de muchachos bailando una coreografía al ritmo de la música del show de los árboles.  Empezaron dos, y al rato ya había como diez personas bailando y alrededor se formó un gran circulo de gente mirandolos.  Repito, pura energía positiva.


En el Boulevard Eudaldo Baez también había actividad, esa noche estaba Roy Brown y luego un grupo de trovadores.  Alli se habilitó un área en la que se construyó una pequeña pista de patinaje sobre hielo para el disfrute de los niños que visitaban el lugar.  La pista era el lugar favorito de los chicos que con unas pocas inseguridades en el arte de patinar y muchísima ventaja en el arte de divertirse, gozaban de lo lindo.  Constantemente había un flujo de personas caminando de la Plaza hasta el Boulevard y viceversa, parte de la energia que se sentía.  En el camino, uno que otro se detenía para sacar fotos del grupo de amigos o familiares para así guardar un recuerdo de aquella maravillosa noche.   


Simples adornos no tienen gracia ni utilidad alguna, son simplemente una gran cantidad de dinero invertida en la cosa equivocada, pero adornos unidos a actividades que atraen al público y fomentan la union familiar, eso si me gusta.  ¡Felicidades a todos los que trabajaron para hacerlo realidad!


domingo, 3 de octubre de 2010

La boooomba, hay que rica es....

Por allá por el otro lado del mundo, en China; se va a celebrar el concurso de Miss Mundo durante este mes de octubre. Hoy las candidatas estuvieron bailando ante los jueces presentando un baile típico de sus respectivos países. En una ceremonia donde el jurado mandó a apagar la música de casi todas las candidatas antes de que terminaran su presentación, nuestra representante Yara Lasanta pudo conquistarlos con sus movimientos y la dulce cadencia de la bomba puertorriqueña. Llegado el momento la chica dijo que "me puse en posición y arranqué orgullosa de mi cultura, de mi música y moviendo mi faldón para que vieran mi bandera".

¡Ojala que nosotros como pueblo tuvieramos la oportunidad de disfrutar de nuestra música! La juventud que va creciendo no conoce nuestra música o han llegado a aceptarla como algo que pertenece solamente a las navidades y a festivales de música típica. Nuestra música al igual que nuestras tradiciones son para vivirlas y disfrutarlas todo el año. Se necesitan promotores que estén dispuestos a pagar por ellas, productores que las incluyan en sus espectaculos, artistas que sientan orgullo y pasión interpretándolas y sobretodo un público heterogéneo que las apoyen.

La bomba es precisamente uno de nuestros ritmos que más fácilmente puede mercadearse gracias a su pegajoso ritmo. Recordemos aquella canción que Ricky Martin pegó hace años llamada precisamente, La Bomba. La plena es otro ritmo que puede pegar entre los jóvenes.





De alguna manera hay que hacer esta música más accesible al pueblo, quizás nuestros artistas que tan emocionados hablan de las fusiones que hacen en sus discos con ritmos extranjeros puedan también poner su granito de arena y empezar a usar canciones que contengan en su esencia ritmos puertorriqueños. Los productores de fiestas patronales y otros festivales de pueblo deben empezar a darle la importancia merecida a nuestra música presentadola en horarios donde haya más publico, dándole más promoción.

Recordemos es nuestra música, y no es solamente para escucharla en navidades.  A ver si al igual que los chinos, quedamos hipnotizados con nuestros ritmos y bailando al ritmo de la bomba, plena u otros quemamos calorías y aliviamos el estres.

Referencia: Miss Mundo PR hipnotiza a los chinos, El Nuevo Día, edición web, 3 de octubre, 2010.