jueves, 30 de septiembre de 2010

Una de nuestras más brillantes senadoras, Evelyn Vázquez, ha propuesto que se celebre el Día del Buen Trato.  Ella espera que su iniciativa sea convertida en ley.  La razón de existir de dicha propuesta, según su autora es que "se lleve un mensaje contundente y firme de la necesidad de traer respeto y paz a nuestra sociedad".  


Nadie duda que todos necesitamos  poner nuestro granito de arena para que recuperemos nuestros valores de respeto, tolerancia, honestidad; entre otros.  Pero decirme que nuestros senadores van a aprobar una ley para celebrar el día del buen trato cuando ellos se faltan el respeto, se gritan, manotean y casi se van a las manos, eso es demasiado.  


Esta ley tan solo es muestra de la hipocresía gubernamental.  ¿Por qué en lugar de crear esta ley no crean un compromiso de tolerancia y respeto dentro del Senado y Cámara de Representantes?  Deben comprometerse con morderse la lengua cada vez que van a decir una idiotez, beberse un vaso de agua cuando quieran gritar y contar hasta diez cuando deseen decirle perro muerto a algún compañero.  Me parece que esto sería más honesto y serviría de ejemplo positivo.  Una acción de ese tipo es lo que realmente necesita el país para que al menos podamos vivir por unos días con la ilusión y la esperanza de que el circo terminó.  








A pagar en fast foods con la tarjeta del PAN

Nuestros legisladores no dejan de demostrar su incapacidad para ser eficientes, una vez más botan la bola, el guante, el bate y todo lo demas.  Solamente a uno de ellos se le puede ocurrir la brillante idea de proponer que los beneficiarios del Programa de Asistencia Nutricional puedan usarla para comprar alimento en establecimientos de comida rápida.  Para justificar sus demasiado grandes y muy inmerecidos cheques no dejan de crear proyectos que no aportan nada a la calidad de vida de los puertorriqueños.

¿Será que no leen?  ¿No estudian antes de presentar un proyecto?  Si en este país no es nada nuevo que la obesidad en un problema crítico, especialmente en los niños; ¿como a la flamante presidenta de la Cámara de Representantes se le ocurre una cosa como esa?  Los negocios de comida rápida no se caracterizan por vender comida saludable; aunque tienen ensaladas y otras alternativas, lamentablemente esas nunca son la primera opción.  Las enfermedades cardiovasculares continuarán haciendo estragos en este país, la obesidad se encargará de acabar con los pocos que no tengan sus arterias tapadas.

Una vez más, queda demostrado que en Puerto Rico no existe un proyecto de país, cada proyecto o iniciativa gubernamental se olvida de mirar alrededor y medir las consecuencias que tendrá en otras fases de nuestra vida. ¿Pensó la señora González en los pequeños comerciantes?  ¿Pensó en la salud del pueblo?  ¿Pensó en el dinero que le costará al gobierno el tratamiento de todos los hipertensos, diabéticos y otros?

El proyecto explica que ese sector del mercado es necesario para "suplir la demanda de la sociedad ante los compromisos profesionales y sociales de las personas".  ¡Qué raro!  A mi me parece que aquellos que tienen beneficios del PAN  tienen ingresos limitados o ningún ingreso por lo que los compromisos sociales no deben ser una prioridad en su vida y los compromisos profesionales son casi inexistentes para un grupo cada vez mayor.  Por supuesto que no estoy diciendo que si reciben el PAN no tienen derecho a tener vida social, solo que esa no es una prioridad.

La prioridad para todas las familias debe ser comprar alimentos saludables y cocinarlos en la casa dónde se puede controlar la adición de sal y otros condimentos así como la calidad de los ingredientes. Comer en la casa y fortalecer la familia comiendo todos juntos, debe ser otra prioridad de las familias.  Con estas dos cosas, las familias estarán velando por su salud y a su vez evitando gastos futuros en medicinas y tratamientos que pueden evitarse con una alimentación sana.

La prioridad del gobierno debe ser facilitar y promover que las familias actuen de esa forma, así le dan la mano a los pequeños comerciantes, promueven la unión familiar y los valores de los que tanto les gusta hablar, y de paso; evitan gastos futuros en la cubierta médica que paga el gobierno a estas familias. Pero claro, en medio de tanto bochinche no hay tiempo para pensar en el futuro.


martes, 28 de septiembre de 2010

Lluvia de nostalgia

Hoy, durante toda la tarde estuvo lloviendo y al caer la noche siguió lloviendo.  El ambiente estaba tan fresco que se me ocurrió cenar en la terraza y aprovechar de paso la terapia gratuita que me regalaba la naturaleza.  Es que para mi, el sonido de la lluvia siempre ha sido un calmante.  En mi vida adulta, la lluvia me ayuda para calmar mis nervios crispados por el constante ir y venir de las crisis diarias que vivimos todos los que trabajamos en un ambiente cargado por el estrés y el drama.

Me senté a saborear mi plato de comida, y al terminar me quedé viendo la lluvia caer.  Las gotas de lluvia van cayendo una tras la otra, sin prisa pero sin pausa.  Al caer, siguen sin error alguno la coreografía indicada y al chocar contra la primera superficie que encuentren en su camino producen ese sonido tan especial que me produce tranquilidad.  

Desde niña siempre me ha gustado detenerme a mirar las gotas caer, me encanta ver las plantas alegres danzando al ritmo de la música que produce la lluvia.  Los verdes parecen más verdes, los amarillos más amarillos, en fin cada color brilla con el reflejo de la luz en cada una de las minúsculas gotas.  Mientras miraba toda esa escena, echaba mi imaginación a volar.  Creaba historias en mi mente, fantaseaba con mi futuro, analizaba mi agitada vida de niña, en fin me iba en un viaje que solía terminar cuando mis padres o mis hermanos gritaban preguntando dónde estaba.

Según fui creciendo mi fascinación con la lluvia no terminó, tan solo se transformó.  Como solía suceder antes de la era de las computadoras, el internet, facebook, you tube, consolas de videojuegos, iTunes, iPhones y otros; mis hermanos y yo siempre estabamos afuera jugando con los otros chicos de la calle.  Jugábamos a las escondidas, al gato y al ratón, béisbol con un palo de escoba y una bola de goma, baloncesto usando un aro pegado al poste, corríamos bicicleta y otras tantas cosas que nos mantenian activos, y alejados del sobrepeso que atormenta a los niños de hoy.  Cuando llovía, todos corríamos a nuestras casas.  

Entonces los juegos cambiaban, dejábamos los deportes y nos inventábamos torneos de juegos de mesa.  Los favoritos eran Scrabble, Connect Four, Operation y por supuesto a veces los cambiabamos por nuestros videojuegos favoritos:  pacman y space invaders.  A pesar de que me encantaba jugar afuera, los días de lluvia me fascinaban porque nos daban la oportunidad de jugar en familia.  Afuera, era la ganga completa, medio barrio unido; adentro solo eramos mis hermanos y yo.  Esa unión especial, esa complicidad entre mis hermanos y yo creció y se desarrolló en esos días de lluvia cuando jugábamos sin parar solo nosotros.  

Las noches lluviosas también tenían su encanto especial.  En casa, lluvia nocturna significaba películas, chocolate caliente y pan calientito con mantequilla y queso de bola.  Asi que mientras llovía, todos nos montabamos en el carro para ir al video a escoger la pelicula para luego ir a la panadería para comprar el pan y el queso.  Una vez en la casa, tan pronto el chocolate y nuestros respectivos pedazos de pan estaban listos, nos acomódabamos todos frente al televisor para ver nuestra pelicula.  Todos nos sentabamos en el mismo sofá, asi que al terminar nuestro banquete, terminabamos arropadados por la misma frisa, hasta terminar de ver el estreno del día.

Recordé todo esto mientras veía la lluvia caer y me di cuenta que todavía hoy día me voy en un viaje cuando me siento a ver este espectáculo.  Cuando regresé de mi viaje, tenía una sonrisa en mis labios y me sentí tranquila y feliz, con la satisfacción de saber que acababa de vivir uno de mis mágicos momentos de tranquilidad.  Ahora, tengo que añadir una más a la lista de cosas que hacer durante la lluvia, recordar.  La lluvia de nostalgia de esta noche, me trajo a la memoria tiempos felices, tiempos que de alguna manera moldearon a la persona que soy hoy día y al recordar todo el estrés del día de trabajo se fue escurriendo junto con las gotas de agua que empezaban a caer sobre mis piernas.  

Con el frío del agua, desperté nuevamente de mi viaje, Uhm! creo que tengo salir de mi casa nuevamente; por alguna razón tengo antojo de comer pan de manteca con mantequilla y queso de bola acompañado de una buena taza de chocolante caliente. 




lunes, 6 de septiembre de 2010

Hollywood Domino

Durante este fin de semana llegaron hasta la Isla Nena varios actores de Hollywood que se dieron cita en el evento llamado, Hollywood Domino.  Este es un torneo de dominó cuyo fin es recaudar fondos para fundaciones sin fines de lucro.  Su organizadora es Daya Fernández, puertorriqueña que hace rato deliraba por traer el evento a Puerto Rico, porque estaba segura que los participantes quedarían prendados con las bellezas naturales de la isla.


Llegaron varios actores y actrices conocidos o desconocidos, casi todos se mostraron atentos y algunos hasta simpáticos con la prensa nacional.  Pero, siempre hay un pero, un tal Ryan Phillipe se convirtió en la nota discordante.  El individuo en cuestión se negó a atender la prensa local, ¿pero quién diablos se cree este idiota que es?  Ni siquiera es un actor tan conocido, su mayor éxito fue ser protagonista de la película Cruel Intentions y haber estado casado con Reese Witherspoon.  


Para mi, tan solo demostró que es un bruto miedoso perteneciente a esa exclusiva clase que piensa que en el Caribe todos somos caníbales, hablamos lenguas extrañas.  Es un IGNORANTE de la peor clase, cuyo miedo a lo desconocido lo lleva a comportarse de forma tan irrespetuosa y pedante.  Este es el tipo de comportamiento de aquellos que creen pertenecer a una raza superior y su ignorancia es acentuada por su falta de conocimientos,  en lugar de utilizar sus recursos para leer y aprender, los utilizan para crearse cuerpos y caras atractivos que al fin y al cabo es lo único que tienen.

Guiando a Ciegas

Hasta hace dos días nunca había escuchado el nombre de Mario Marazzi y mucho menos tenía ni idea de que en Puerto Rico existe un "Instituto de Estadísticas".  Es una desgracia que como yo, muchísimos puertorriqueños hayan conocido de la existencia de ambos debido a la injusta suspensión del funcionario  designado para ser director ejecutivo de dicha oficina.  El profesional ha sido despedido por haber tenido el atrevimiento de acudir al tribunal para demandar al Departamento del Trabajo y Recursos Humanos para que la agencia publicara el Indice de Precios al Consumidor tal como lo requiere la ley.  Hace nueve meses que este número no se publica; por lo tanto, lo están despidiendo por hacer su trabajo.


¿Cual es el miedo? ¿Por qué no quieren mostrar los verdaderos números que indican el estado del país?  La razón solo puede ser una, no conviene a los intereses del inquilino de turno en Fortaleza ni a la espléndida mayoría de la casa de los bochinches, digo de las leyes.  Por supuesto que todos los chanchullos y obstáculos que le ponen a los miembros de esta oficina para recopilar la información de las agencias de gobierno no es característico de este gobierno en particular.  Esa semilla tuvo que haberse sembrado hace mucho tiempo ya, de ahí que la realidad y las estadísticas presentadas nunca van de la mano.  Lo que se percibe en la calle casi siempre es peor de lo que dicen los números, el nivel de desempleo y la cantidad de asesinatos son dos ejemplos.


¿Cómo podemos esperar que este país alguna vez se mueva en la dirección correcta si no podemos confiar en las pocas estadísticas disponibles?  Lo triste del caso es que posiblemente estemos peor de lo que creemos, o sea que vivimos en la isla de la fantasia.  No es posible arreglar algo si no sabemos dónde estamos, no hay manera de que se pueda crear una estrategia de trabajo ni metas si no tenemos los datos correctos de lo que pasa.  Aquellos que alguna vez hemos tratado de resolver problemas a nivel de plantas de manufactura sabemos que lo primero que tenemos que hacer antes de pensar en planes de trabajo es evaluar y analizar concienzudamente todos los datos disponibles, empezando por cuestionar la exactitud, precisión y repitabilidad de los datos.  


"Garbage in, garbage out", dicen los americanos y no porque la frase sea en inglés pero es muy cierta.  No en balde las grandes ideas del gobierno suelen quedarse pequeñas o resultan ser totalmente inútiles para resolver nuestros problemas.  Por supuesto que los que dirigen el país están consientes de esto, por eso no quieren revelar la realidad del país, si lo hicieran tendrían que admitir su ineptitud e incompetencia o peor aún tendrían que ponerse a trabajar de verdad en lugar de estar figureando.  Ademas, por conocimiento de esa frase es que el ex presidente de la Junta de Planificación, Héctor Morales (justo antes de estrenarse como secretario general del PNP) tuvo que despedir a Marazzi, descrito por quienes lo conocen como un profesional serio y super capaz.  Si no conviene dar a conocer lo que realmente está pasando, entonces no se puede tener un profesional serio en esa silla, hay que tener allí una basura para que cree basura que es lo que quieren mostrar al pueblo.


En resumen, el país está dirigido por una banda de ineptos, irresponsables e incompetentes que para colmo están guiando a ciegas por que ni ellos mismos saben que carajo es lo que está pasando en Puerto Rico.  ¿Creiamos que estamos mal?, la realidad es que estamos peor.


jueves, 2 de septiembre de 2010

El Loco de Jet Blue - Parte 2

Ayer comentaba sobre cómo ciertos comportamientos de los supervisores provocan altos niveles de stress que desembocan a su vez en enfermedades físicas y/o mentales, pérdida del control, incidentes violentos o en la renuncia.  El tema fue provocado por el incidente en New York en el que un auxiliar de vuelo de Jet Blue insultó a una pasajera, anunció que estaba harto y renunció.  Tras su renuncia, Steven Slater activó la rampa inflable de emergencia del avión y se tiró por ella para llegar hasta la pista y salir corriendo como loco.


El pobre Steve perdió la chaveta provocado por una insolente y altanera pasajera que antes del despegue lo maldijo y le pegó cuando él solamente trataba de ayudarla a acomodar su equipaje (demasiado grande para el compartimiento, por cierto)  para que pasara a sentarse lo antes posible.  La misma pasajera, tan pronto el avión aterrizó, se paró a sacar sus pertenencias mientras la aeronave transitaba por la pista.  Nuevamente Steve se aproximó a ella y le pidió que se sentara a lo que la "dama" respondió insultandolo y maldiciendo.  La pasajera tenía mucho coraje, entre otras cosas porque había tenido que declarar parte de su equipaje en la puerta de salida y ahora tenía que esperar por el mismo en el área de reclamo de equipaje.


Slater está en aprietos con la justicia, enfrenta cargos que pueden llevarlo a prisión hasta por siete años; pero entre la comunidad en general se ha convertido en casi un héroe.  Me imagino por qué existen páginas en las redes sociales con miles de personas apoyándolo.  Debido a mi  trabajo viajo con mucha frecuencia y ya había hecho la observación de los malos tratos que enfrentan los auxiliares de vuelo.  Hay personas que creen que los auxiliares son sirvientes, seres inferiores que tienen que satisfacer todos sus caprichos y por tal razón creen tener derecho a insultarlos o hablarles de mala manera.  Lei en estos días que los insultos y vituperios incluyen golpes, amenazas a su vida, les tiran encima restos de comida o bebida y hasta los han escupido en la cara.


La gente no quiere seguir reglas, que algunas son estúpidas, cierto; pero siguen siendo reglas y mientras alguien entre en razón y las cambien tenemos que cumplirlas.  Las reglas federales exigen que todos los pasajeros se encuentren sentados, con el cinturón de seguridad puesto, las mesitas plegadas y todos los electrónicos apagados antes de que el avión pueda moverse de la puerta de salida y mientras transita por la pista, despega y alcanza una altura razonable.  En este momento el capitán autoriza a quitarse el cinturón y caminar por la cabina, si es que las condiciones de vuelo lo permiten.  También en este momento, se da permiso para encender aquellos equipos electrónicos autorizados. 


Yo he visto personas que insisten en seguir con sus computadoras ó celulares prendidos mucho más allá del momento en que por primera vez con firmeza pero muy amablamente piden que los apaguen.  Un auxiliar de vuelo se les acerca, una, dos y hasta tres veces y siguen haciendo caso omiso.  Yo les quitaría el equipo de mala forma y les daría en la cabeza con el aparato.  


Hay otros que deciden pararse a estirar las piernas justo cuando el capitán anuncia que todos deben permanecer sentados o regresar a sus asientos porque la nave está entrando a una zona de turbulencia.  Un atento y eficiente auxiliar le llama la atención y el pasajero lo manda al carajo porque quién demonios puede permanecer sentado por más de tres horas en esos asientos tan estrechos y con tan poco espacio para las piernas.  iComo si el pobre auxiliar tuviera la culpa!  Deberian dejarlos caminar a su antojo para que se golpeen la cabeza en uno de esos brincos que da el avión, o peor le caiga en la falda a alguna elegante señora cuyo celoso marido le va a dar una bofetá que lo va a dejar bailando como un trompo.  


En la era en que las líneas aereas cobran por cada maleta que se declara, todos quieren llevar su equipaje en la mano (carry on) sin importar cuantas maletas o el tamaño de las mismas.  Hay un máximo de piezas por pasajero, dos por lo general, pero algunos quieren llevar una maleta, el maletín de la computadora y una enorme caja con sabrá Dios qué cosas.  El número de personas que pretende hacer esto es considerable y por supuesto insultan al atrevido auxiliar de vuelo que se atreva a llamarles de atención.  Estas personas no solo no siguen las reglas sino que demuestran ser insensibles a las necesidades de los demas, no entienden que si ellos llevan más piezas de las permitidas alguien se va a quedar sin espacio para acomodar su única maleta.  De castigo, deben obligarlos a declarar todo su equipaje y claro, que paguen por ello.  Lo mismo deben hacer con los que pretenden entrar al avión con una maleta con casi el doble de tamaño permitido.


En vuelos de más de tres horas, el hambre aprieta y el mal humor empieza a aparecer incluso entre los más calmados.  Ya no se da comida, cuando mucho refrescos y se vende a precios ridiculamente altos algunas meriendas.  El colmo de los colmos es que los suministros de estas meriendas son tambien limitados y muchas veces sucede que cuando llega el auxiliar hasta dónde uno, ya se acabó todo.  Esta situación se convierte en una oportunidad para atacar nuevamente al pobre empleado que obviamente no tiene la culpa de la macetería de la gerencia.


Son los auxiliares de vuelo los que tienen que dar la cara siempre, son los que tienen que lidiar con los irrespetuosos, impertinentes y los que no siguen reglas.  Además son los que por ayudar a otro pasajero a veces se meten en problemas con terceros.   Con toda esa tensión, sin contar con todas las demas cosas que agravan la situación como el miedo latente de desperfectos mecánicos o ataques terroristas; comprendo por qué Steve Slater hizo lo que hizo.  Me imagino al pobre hombre aguantando todas esas calamidades por 28 años, tenía que llegar el día en que decidiera darle un pare a todo y lo hizo; aunque de mala forma.  Por eso mismo, creo yo que el hombre se ha convertido en una celebridad, hizo lo que miles de empleados oprimidos quisieran hacer.    


Lo malo es que todos tenemos algo de responsabilidad en este asunto, tenemos que aprender a controlar nuestras emociones, no podemos andar por ahí desquitando nuestros corajes con el primero que se nos pare enfrente.  Me pregunto dónde hemos dejado nuestros valores, el respeto por los seres humanos, la empatía.  Tenemos que empezar por querernos y respetarnos a nosotros mismos para luego practicarlo con la gente a nuestro alrededor.  El principio debe ser una sonrisa, seguida por una acción genuina de escuchar y entender a nuestro interlocutor, comprender y respetar.  Las leyes y reglamentos son para ser respetados, nuestros derechos terminan dónde empiezan los de nuestros vecinos.  Con violencia solo podremos obtener más violencia y de eso, ya tenemos demasiado.





miércoles, 1 de septiembre de 2010

El Loco de Jet Blue

Seguramente han escuchado del incidente en New York en el que un auxiliar de vuelo de Jet Blue insultó a una pasajera a través del sistema interno de comunicación del avión y acto seguido anunció que estaba harto y renunciaba.  Tras pronunciar su pequeño discurso, Steven Slater (así se llama el personaje)  tomó unas cervezas de un carrito de servicio, activó la rampa inflable de emergencia del avión y se tiró por ella para llegar hasta la pista y salir corriendo como loco.

Este incidente trae a mi mente dos cosas:  
1.  Cómo el stress del trabajo puede llevarte a perder el control, y 
2.  iCoño al fin alguien hizo lo que seguramente muchos auxiliares de vuelo quisieran hacer!

Hoy voy a hablar del primer tema, cómo el stress y otras cositas más nos van arrinconando hasta que nos hacen perder el control.  En el caso de nuestro amigo Steven Slater, se cansó de soportar los malos tratos de los viajeros, los cuales incluyen insultos y golpes.  Aparentemente, las condiciones del trabajo y el trato de la gerencia tambien contribuyeron con ir minando poco a poco a este pobre hombre hasta que terminó explotando con su renuncia en un modo bien poco convencional que ahora lo tiene enfrentando cargos que podrían llevarlo a la cárcel hasta por siete años.  Este caso no es tan raro, otras veces hemos oido quienes pierden el control y terminan matando a su jefe o disparando a mansalva en su lugar de trabajo.  

Con todas los retos que enfrentan las compañías ante la crisis económica, la presión sobre los empleados a todos los niveles para aumentar la productividad mientras se cortan gastos ha llegado a niveles insostenibles.  A eso, sumenle los malos tratos e injusticias a los que todavía hoy día son sometidos miles de empleados.  Muchos jefes aprovechándose de la situación económica actual han decidido que pueden darse el lujo de mostrar el verdadero color de sus plumas y han dicho adios al poco autocontrol que tenían.  Esto lo hacen porque piensan que la cosa está tan mala que sus empleados no van a renunciar y si lo hacen no van a poner en riesgo cualquier oportunidad que se les presente presentando una demanda contra su antiguo empleador. 

Sencillamente es injusto que los empleados que han sido maltratados tengan que conformarse con renunciar y buscar suerte en otro lado.  Mientras, su antiguo jefe continuará repitiendo su comportamiento simplemente porque nadie los detiene, para ellos es tan fácil como contratar otra persona para sustituir al que se fué.  Podría pensarse que esto ocurre muy poco, después de todo las leyes laborales en EU y PR están diseñadas para proteger al empleado;  pero desafortunadamente no es asi.  Yo personalmente conozco muchos casos, varios de ellos ex-empleados de la misma compañía.  No hace mucho al hablar sobre el tema con un profesional de recursos humanos me aseguró que esos no son casos aislados sino que representan un grupo bastante grande en el país.

¿Qué opciones tienen los empleados?  Todos aquellos que han sido maltratados sicológicamente, han sido sometidos a ambientes hóstiles de trabajo, hostigamiento de todos tipos o diferentes tipo de acciones con el propósito de minar su confianza en si mismos y matar su autoestima no pueden hacer otra cosa sino renunciar o seguir aguantando.  Si siguen aguantando el final puede ser violento como los casos que hemos hablado o pueden terminar  enfermos.  Enfermedades como depresión, ansiedad, alta presión, diabetes y otras causadas por el stress excesivo y la falta de sueño pueden llevar a esos maltratados empleados a la muerte.  A veces se encierran en si mismos, alejandose de sus amigos y familia terminando muchas veces con matrimonios y otras relaciones.

Cuando la opción  escogida es renunciar, entonces no queda otra sino comenzar la larga y difícil búsqueda de empleo.  Esto no deja de ser angustiante y también muchas veces termina afectando la salud y el entorno familiar de las personas.  Amigos que son profesionales en recursos humanos están de acuerdo en que si investigan a un candidato a empleo y encuentran que demandó a un antiguo jefe o tiene una demanda de ese tipo pendiente, su resumé pasa automáticamente al fondo de la pila de resumés.

Entonces, vuelvo a preguntar:  ¿Qué opciones tienen los empleados maltratados?  ¿De qué forma se pueden proteger de los jefes abusadores?  ¿Cómo detener a esos tiranos para que no continuen con sus malos tratos?  Quedarse callados no puede ser una opción, esa es una forma de ser complices de la situación.  Me parece que esto es un buen tema en el que nuestros brillantes legisladores deben invertir su tiempo investigando al respecto y tomando acción de alguna manera para darles a estos empleados mejores herramientas para protegerse.