Estuve leyendo este artículo sobre científicos de la Escuela Médica de Harvard que lograron revertir el proceso de envejecimiento en ratones ancianos. Me imagino que habrá unos cuantos locos brincando en una sola pierna con esta noticia porque acarician la idea de vivir para siempre.
Para mi esto es una forma de retar la naturaleza, como aquellos que para construir lo que quieren de la forma que les da la gana pretenden cambiar el cauce de un río. No puedo imaginarme los seres humanos viviendo para siempre, como seres inmortales. La ciencia ha avanzado mucho y la esperanza de vida es cada vez mayor por lo que no es difícil imaginar que los próximos pasos sean detener el envejecimiento y quizás vivir para siempre. El conocimiento nos da poder y en muchos casos el poder trae consigo una buena dosis de soberbia.
En el minuto que empezamos a creer que lo merecemos todo la arrogancia nos ciega y actuamos de forma tal que destruimos lo que nos rodea y a quienes nos rodean para poder conseguir nuestros propósitos. Si se logra que pasen los años pero nuestra apariencia no cambie, ¿qué ganamos? Algunos pensaran en más tiempo para disfrutar de sus riquezas, otros en el más noble deseo de velar por sus hijos o ver crecer sus nietos. La realidad es que la ley de vida dicta que unos mueren primero y otros luego, hay que ir haciendo espacio para los que siguen naciendo.
A menos que logren que nuestro cuerpo por dentro también detenga su proceso natural de envejecimiento, de nada sirve que por fuera se luzca como de 25 años y por dentro nuestro cuerpo se esté muriendo. En cualquier máquina, el uso prolongado deteriora poco a poco sus piezas, lo mismo pasa con el cuerpo humano. El egoismo de quienes piensan vivir para siempre no les permite pensar en las consecuencias. Ahora mismo con todo del efecto invernadero hay dudas sobre los abastos de agua y alimentos para la población existente, ¡imaginense si los que debemos ir muriendo no lo hacemos y terminamos con muchos más habitantes!
Una cosa común entre las personas de mayor edad es que se sienten cansados, el normal el cuerpo ya no es lo que fue. No puedo imaginarme viviendo para siempre, yo creo que lo absolutamente genial sería vivir con plenitud cada minuto del período de vida que me toque, 60, 70 u 80 años, lo que sea. La cosas es que cuando mire hacie atrás y haga un recuento sienta que valió la pena, después de todo, lo que importa es la calidad, no la cantidad.
vivir para siempre vivir a plenitud
Yo personalmente no quisiera llegar a un punto que no pueda depender por mi mismo. Saludos!
ResponderEliminarLo mismo pienso, gracias por pasar por aca, ya te extrañaba.
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