domingo, 12 de diciembre de 2010

¿Con quién quieres estar?

Hace unos días escribí de la desición consciente que tenemos que tomar de seguir nuestros sueños en lugar de seguir el libreto que nos dan otras personas.  Hoy me levanté pensando en la otra mitad de esa ecuación, si la otra mitad.  Lo que queremos hacer con nuestra vida es tan solo la mitad de la ecuación, la otra mitad es con quién.


De quién nos rodeamos es tan importante como lo que hacemos, dicen nuestros filosofos jíbaros que tan importante es serlo como parecerlo.  De nada vale que decidas marchar a tu propio ritmo si te rodeas de seres negativos que no aportan nada a tu vida.  Para que las cosas marchen como tú quieres es importante que te rodees con la gente que te hace crecer.


Tus amigos reales, esos panas que han estado contigo gran parte de tu vida, esos que ríen y lloran contigo, los que te dan una pescozá cuando la mereces y te halaban cuando haces las cosas bien, esos son parte importante de esa segunda mitad.  También está por supuesto esa persona especial con quién decidiste que quieres pasar el resto de tu vida, el amor de tu vida.  Esa persona al igual que tus amigos tiene que ayudarte a crecer, no puede estancarte.  


Cuando la familia o los amigos te estancan es hora de salir del nido y volar hacia otros confines.  No tienes que cortar la comunicación, tan solo hay que reconocer que las actitudes de ellos no te ayudan y poner algo de tierra de por medio.  Los visitas, compartes y luego regresas a lo tuyo, asi sientes ese calor familiar que tanta falta nos hace pero sin contaminarte con su negatividad.  Mientras, vas cultivando esas otras relaciones con gente que te hace sentir viv@, los que te motivan y a quienes definitivamente quieres a tu lado porque sobretodo los une el cariño y el amor que sienten mutuamente.  Llegar solo no hace gracia, siempre se necesita esas personas con quiénes compartir nuestra alegría y nuestras penas.


Aquellos que como yo necesitamos de la energia de nuestra gente para darnos la fuerza pa' seguir adelante comprendemos que es cierto, luchar por nuestras metas y trabajar para alcanzarlas es tan solo la mitad de la ecuación, la otra mitad es con quién quieres estar cuando llegues.


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