martes, 23 de noviembre de 2010

¿Por qué no quieres ser gerente?

Una de las cosas que más disfruté cuando era gerente de planta era la oportunidad de servir de mentora a aquellos prospectos jóvenes que tenían el potencial para llegar a ser gerentes.   Es política de la compañía que cada planta tenga un plan de sucesión en cada departamento para que llegado el momento de sustituir al gerente ya tengamos un fuerte candidato interno a ocupar la plaza.   


El problema que encontré en aquel momento es que la gente tiende a fijarse en los malos ejemplos y recordar las cosas negativas más que las positivas.  En situaciones similares, el personal siempre se acordaba más de los gerentes mediocres que de los que habían sabido manejar la situación efectivamente.  Los gerentes malos, tienen nombres claves relacionados a la forma en que la gente los percibe.  Ninguno de los prospectos se negaba a aprender, al contrario lo hacían encantados pero tan pronto les mencionaba la probabilidad de que llegaran a ocupar la posición de gerente en algún momento sus caras cambiaban, seguro porque estaban pensando en los nombres claves que algún día le pondrían a ellos.


Luego de un rato pude descubrir sus razones para no querer ser gerente.  A continuación les menciono algunas de ellas:

  1. Nadie quiere ser el malo de la película - muchas veces las decisiones que tienen que tomar los gerentes no son las que los empleados quisieran, ser verdugo no es el sueño de nadie normal.
  2. No quieren practicar la hipocresía - el jefe no siempre puede decir lo que piensa, cuando no le cae bien una persona tiene que ser amable y hasta fingir que le agrada, tiene que asistir a cenas de negocios y dibujar su mejor sonrisa aunque tenga ganas de mandarlos a todos al carajo, va a despedirte mañana pero hoy actúa como tu mejor amigo, etcétera.  
  3. Miedo a convertirse en el llanero solitario - siendo el jefe, tus antiguos compañeros ya no querrán janguear contigo y si lo hacen probablemente tu tengas miedo de que sea para pedirte favores.  Tendrás que cuidarte de lo que hablas, con quién estás y qué haces en todo momento.  Tus obligaciones te obligarán a pasar largas horas en la oficina que te separarán de tu familia y amigos por lo que terminas siendo una persona solitaria.
  4. El grillete - Eres responsable de lo que pase en tu área 24-7, tienes un celular que tienes que contestar cada vez que suene sin importar la hora, lo qué estés haciendo ni con quién estés.  Ya no podrás planificar vacaciones sin la preocupación de que te las cancelen a última hora.  Vivirás con la sensación de que tu vida ya no es tuya, alguien más es tu dueño, le vendiste el alma al diablo por dinero y algo de poder. 
  5. No quieren ser vistos como idiotas - esta viene de la opinión generalizada de que los jefes no saben nada ni hacen nada pero se llevan toda la gloria.  Todos piensan que la vida del jefe es fácil, ganan mucho dinero y lo único que tienen que hacer es ir a reuniones, poner cara de idiota cuando no entiende algo y tomar una decisión tratando de convencer a todos de que si sabe lo que está diciendo.  Por supuesto que nadie quiere ser el objetivo #1 de las burlas de todos los demás.
¡Que mal que sea de esta forma!, desafortunadamente la profesión de gerente está tan denigrada cómo ser político.  La calidad excepcionalmente mala de los corruptos y mediocres opaca el buen trabajo de otros, como las noticias malas viajan más rápido y hacen más ruido todos se enteran de lo malo pero pocos escuchan lo bueno.  Ser gerente tiene sus altas y sus bajas como todas las profesiones del mundo, lo importante es que disfrutes lo que haces y que sepas establecer un balance entre tu trabajo y tu vida personal.

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