viernes, 26 de noviembre de 2010

¿Y después del pavo?

Hace días que se siente la brisa fresca, de repente en la mañana hace un frío pelú y comí sandwich de pavo en el desayuno.  No hay duda, ¡llegó la Navidad!  Aunque el comercio se antojó de adelantar el asunto y algunos pusieron sus adornos de navidad desde Halloween, para mi hoy es el primer día oficial de la Navidad.


Me encanta esta época, el friito, la comida y el compartir con familia y amigos.  La mayoría de la gente se disfruta este tiempo tanto como yo, así que sus sonrisas son más frecuentes, la cara les brilla (no se si por felicidad o porque les dura la juma de la noche anterior) y simplemente parece que les regresa al cuerpo la amabilidad.  Hasta nuestras casas lucen diferente.  Nos esmeramos por limpiar, pintar, poner cortinas nuevas y redecorar.   Luego del makeover de la casa viene la decoración navideña a nuestro estilo único, bien boricua.  


El árbol de navidad, decorado a nuestro antojo: peluches, manzanas, lagrimitas, figuritas de acción (el año pasado el mio tenía Transformers), en fin lo que sea.  Ponemos bombillas por toda la casa, hasta a la antena de satélite.  Lo mejor es cuando, como parte de nuestros intentos desesperados de puertorriqueñizar a la mala los adornos gringos ponemos a Santa Claus junto con el nacimiento y los Reyes.  Así somos, no necesitamos escusa alguna pa' hacer una fiesta y en estas fechas echamos la casa por la ventana celebrando las Navidades más largas del mundo.  


¡Qué rico, llego la Navidad!  Mi gente disfrutemos, ¡hay que compartir con la familia y amigos! Si hay que beber, ¡se bebe!, si hay que comer, ¡se come! pero tengamos cuidado, hay que practicar la moderación, no queremos desgracias en Navidad.  


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