Los seres humanos somos los únicos animales capaces de estar haciendo algo mientras nuestra mente camina errante en otro asunto. De pequeños nos enseñan que hay que pensar en el futuro, nos repiten tanto la palabra futuro que cuando llegamos a la rebeldía de la adolescencia insistimos en vivir el presente. A esa edad, nos parece que cada experiencia vivida es lo máximo. El asunto es que ante la insistencia de nuestros padres empezamos a planificar nuestro futuro y una vez empezamos nunca más dejamos de hacerlo.
Unos investigadores de la Universidad de Harvard encontraron que alrededor del 47% del tiempo, estamos pensando en algo diferente en lo que estamos haciendo. La verdad yo me encuentro a mi misma pensando en musarañas varias veces durante el día, pero siempre pensé que sucedía cuando estaba aburrida o cansada. Casi siempre estoy pensando en lo que voy a hacer más tarde, ¿Qué voy a comer? ¿Tengo que lavar ropa hoy? ¿Hay algo bueno en la televisión hoy? La otra mitad del tiempo que estoy soñando despierta, estoy haciendo planes para el futuro: la reunión de la próxima semana, la presentación para los jefes, lo que quiero hacer el fin de semana.
Lo interesante del estudio es que a los participantes los llamaban al azar para preguntarles sobre la actividad que estaban realizando, su nivel de felicidad y lo que estaban pensando en ese momento. ¿Saben cúal fue la actividad en la que se reportó menor distracción? Tener sexo, tal parece que para eso el nivel de concentración en la actividad es mayor que cuando se ve televisión o se hace compras. El nivel de felicidad también es mayor cuando se tiene sexo, se hace ejercicio o se tiene una conversación. Aparentemente estos resultados confirman que es importante vivir a plenitud el presente en lugar de estar sufriendo por el pasado o preocupándose por el futuro. Con respecto al estudio, me pregunto si lo de la felicidad es por el sexo o por el asunto de vivir en el presente.
No mires atrás y te lamentes del pasado, ya se fue; y no te molestes por el futuro, porque aun no ha llegado. Vive el presente y hazlo tan hermoso que valga la pena recordarlo - Paulo Coehlo.
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