domingo, 6 de noviembre de 2011

¿Aceptas las cosas buenas?

¿Por qué a veces es tan díficil aceptar las cosas buenas?  Si alguien te está ofreciendo una amistad sincera y te demuestra con sus acciones que le importa lo que te pasa, ¿por qué te cuesta aceptar la probabilidad de que realmente sea algo honesto?  ¿Existe gente que hace esto sin esperar algo a cambio?


El problema es que no te atreves a confiar en los demas o que piensas que no te mereces que te pasen cosas buenas.  Según nuestros fílosofos puertorriqueños, Dios dice: ayúdate que yo te ayudaré.  Nosotros tenemos en nuestras manos nuestro destino.   Groucho Marx dijo: "yo, no los eventos, tengo el poder de hacerme feliz o infeliz hoy".  Somos nosotros los capitanes de nuestra vida, los planificadores de nuestra vida, los choferes de nuestro destino.


Para poder llegar a dónde queremos tenemos que desear llegar allí, repetirnos diariamente que si podemos llegar y trabajar por ello hasta lograrlo.  A veces, las cosas buenas llegan porque sí, las pedimos y llegaron.  Es entonces cuando más difícil se hace aceptarlas, es en esos momentos cuando nos preguntamos si será cierto o si nos merecemos tanta felicidad.  


Soy una persona en construcción, día a día sigo aprendiendo y sigo creciendo.  La lección más reciente es que hay que dejar hacer.  El universo conspira, dejemoslo trabajar.  Hay que aprender a pedir por nosotros mismos, por nuestra salud, paz, armonía, que nos amen y por tener a quienes amar.  Si lo que deseamos llega, ¿por qué gastar nuestro tiempo tratando de saber por qué?  Disfruta lo que tienes, el tiempo más importante es el ahora, no podemos cambiar el ayer y el mañana aun llega.

No hay comentarios:

Publicar un comentario