miércoles, 24 de agosto de 2011

¿Cómo reduces el riesgo de un ataque al corazón?

Muchas veces sin darnos cuenta nos ponemos a nosotros mismos en alguna situación de gran estrés.  La fina línea entre dar la milla extra y la exclavitud parece invisible muchas veces, sobretodo para nosotras las mujeres.  No es ningun secreto que las mujeres tenemos que trabajar más, dar más de nuestro tiempo para alcanzar el éxito profesional tan solo para ganar menos que los hombres.  Aquellas que a pesar de eso, todavia siguen intentando llegar a la cima no son muy diferentes de las que simplemente queremos demostrar que si podemos ser exitosas simplemente porque nos gusta lo que hacemos.


Independientemente de cual sea el caso, el estrés resulta ser un acompañante continuo.   Mucho estrés en el trabajo y mucho más en la casa y eso no es bueno pues el estrés es definitivamente un detonante.  El dolor en el pecho se asocia con un ataque al corazón pero hay otros sintomas tales como sentir una gran presión en el pecho o como diria mi abuela, sentir el pecho apretado.  Una sensación de quemazón o dolor en la espalda alta, cuello, hombros, brazos o en la quijada puede ser también un síntoma de un ataque al corazón.   Otros síntomas son sentirse corta de aliento, fatiga, dolores de estomago, sudor frío, mareos, indigestión o nausea.


Tenemos mucho más que hacer en nuestra vida que simplemente trabajar, tenemos que aprender a cuidarnos y velar por nosotras mismas.  ¿Cómo protegernos de un ataque al corazón?  Yo diría que cuidarse, vivir la vida a plenitud, ¡no todo es trabajo!  Es importante comer saludable y también es importante permitirse un antojito de vez en cuando.  Hacer ejercicio es vital, asi como darse el lujo de tirarse en el sofá a ver televisión todo un día.  


Tenemos que ser capaces de disfrutar el trabajo sin sacrificar nuestra vida personal, hay que saber cuando decir no y también cuando es hora de detenerse.  Reducir el estrés es crítico, el ejercicio y la risa ayudan.  Reir es la mejor medicina, al menos nos ayuda a oxigenarnos y luego de una buena risa todo se ve mejor o mínimo, menos malo.  ¡Vamos a reir más y trabajar menos!




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