jueves, 26 de agosto de 2010

Ecoturismo en La Mona

Al leer hoy el periódico me encuentro con la noticia de que un grupo de la Comisión Senatorial de Gobierno llegó hasta la idílica Isla de Mona para evaluar la posibilidad de establecer hospederías eco turísticas.  La isla fue declarada reserva natural en 1986 y desde entonces es administrada por el Departamento de Recursos Naturales de Puerto Rico.  En mi humilde opinión, esto huele a desastre.  


Para nuestra desgracia nuestro país no se caracteriza por la conservación de nuestros recursos naturales, aquí el poder económico siempre es más fuerte que nuestra conciencia ecológica.  Tan solo un 7% de nuestro territorio está protegido.  Existen leyes que reglamentan la construcción, que exigen declaraciones de impacto ambiental; pero de que sirven si al momento de la verdad no se cumplen las leyes y las declaraciones son incompletas.  Todavía Puerto Rico como pueblo, como nación no se ha dado cuenta de la importancia de conservar nuestros recursos naturales para futuras generaciones.  Tenemos mucho que aprender en este particular. 


Costa Rica es un ejemplo de lo que se puede lograr con la conservación responsable y decidida del ambiente.  Este país centroamericano ha construido su industria turística alrededor del eco turismo.  Los inversionistas han aprendido que ganan más conservando que destruyendo.  La construcción responsable en áreas protegidas ha contribuido a que el encanto de dichas áreas se conserve casi intacto para los turistas.  En Costa Rica más del 80% de los hoteles tiene veinte (20) cuartos o menos, alrededor del 40% de su territorio está protegido.


La Cámara Nacional de Eco turismo de Costa Rica, define eco turismo de la siguiente manera:  El eco turismo, es aquel segmento especializado del turismo responsable, que promueve y apoya la conservación de la naturaleza y los valores culturales de los destinos, los interpreta para el cliente, favorece el mejoramiento socio económico de las comunidades locales y que persigue sensibilizar y satisfacer, de manera ética, a los clientes. Mantiene sus actividades con un diseño y a una escala apropiados al entorno y pone a sus clientes en contacto directo y personal con la naturaleza y la cultura local.


Tomando esta definición como base entonces cualquier iniciativa que busque desarrollar una industria eco turística en nuestro país tiene que cumplir con los postulados básicos de conservar la naturaleza y la cultura local.  No se trata de sembrar dos ó tres árboles, instalar paneles solares y ya, es que hay que respetar a los locales, a la cultura de nuestro país, los cauces naturales de nuestros ríos y quebradas, nuestro entorno, nuestras plantas y animales, hay que protegernos de la importación de especies exóticas que ponen en peligro las endémicas, tenemos que proteger el flujo de personas hacia nuestros parques para que todo permanezca en un estado bien cercano al natural, la construcción tiene que ser eco amigable, hay que educar y sobre todo no podemos flaquear ante las fuerzas del poder económico.


Según datos de la Organización Mundial de Turismo, se espera que durante el 2010 se desplacen por el globo unos mil millones de personas en actividades turísticas.  Se estima que al menos entre un 10% a un 15% de estos son eco turistas.  En la página web Ecoestrategia.com se indica que estudios revelan que en Estados Unidos unos 30 millones de personas pertenecen a alguna organización ambiental o tienen interés en la protección del ambiente, en Europa esta cifra ronda los 20 millones.  A Costa Rica llegan, cientos de miles de turistas a visitar sus parques nacionales y bellezas naturales.  Puerto Rico cuenta con los recursos naturales para establecer una industria de este tipo.  En nuestro archipiélago tenemos una gran cantidad de lugares que bien conservados y administrados dejan chiquito a muchos que se anuncian con bombos y platillos como maravillas del mundo.  La Isla de Mona es uno de ellos.  Podemos hacerlo, podemos contar con una industria de eco turismo pero para ello, vamos a tener que lavarle el cerebro a los idiotas que seguramente ya están pensando en el mega hotel que van a construir en La Mona porque de lo contrario nadie en su sano juicio iría hasta allá o en el aeropuerto que hay que hacer, la energía eléctrica y otras tantas cosas modernas que se necesitan.


Hay que sembrar la base para esta industria con pleno conocimiento de cuál va a ser la meta, el plan tiene que trazarse desde antes de comenzar y no puede cambiarse o detenerse simplemente porque cambie el inquilino en Fortaleza.  Tenemos que aprender que si no conservamos nuestro país, nadie lo va a hacer por nosotros y las futuras generaciones no van a poder apreciar lo hermoso que es nuestro Boriquen.  Hasta ahora la Isla de Mona se ha conservado porque existe un estricto control de visitas, espero que con esta nueva idea no se destruya en un par de años lo que a la naturaleza le ha costado decenas de millones en construir.

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