En estos últimos tiempos hemos tenido una avalancha de información parapelos que anuncia toda una variedad de actos de violencia. Esa violencia va desde abusos de miembros de la polícia a ciudadanos, crímenes por homofobia o xenofobia, todo tipo de maltrato infantil incluyendo abuso y explotación sexual, pornografía infantil, hijos maltratando padres, abusos contra ancianos y por supuesto la violencia contra la mujer.
En estos día la prensa en Estados Unidos está destacando los casos de intimidación (bullying) en las escuelas y entre la comunidad homosexual. Algunos de esos casos han estremecido el país pues las víctimas han terminado suicidándose porque ya no soportan el acoso extremo a que son sometidos diariamente. El caso es tan grave que luego de varios suicidios y un par de ataques en bares gays en Nueva York durante el fin de semana, figuras como Elton John, Ricky Martin y Cindy Lauper grabaron un anuncio pidiendo un alto al acoso contra los homosexuales, o simplemente gente diferente.
El bullying no es exclusivo de los Estados Unidos, hemos escuchado muchos casos aquí también, tampoco es algo nuevo ha existido siempre; pero las amplias redes sociales y la tecnología actual se están utilizando para llevar a otros niveles este comportamiento. El acoso antes se circunscribía a la escuela o el barrio, ahora a través de FB, My Space, Twitter, etcétera; literalmente el mundo entero se entera de las bromas pesadas y los actos de maltrato o acoso.
Existen diversas teorías de aprendizaje, pero para mi la teoría del aprendizaje por observación de Bandura hace mucho sentido. Los humanos aprendemos mucho observando, a los niños les encanta la imitación de conducta (algunos adultos nunca superan esa etapa). Los primeros modelos de los niños resultan ser los padres. Según van creciendo se introducen nuevos objetos de imitación: los hermanos, maestros, amigos y personajes públicos que son esos que ven a través de la televisión, películas e internet.
El problema en nuestros días es que hay mucho más y mejor acceso a la información, la cual además es super rápida. A través de Twitter nos enteramos en segundos de cualquier suceso. Por lo mismo nuestros niños están recibiendo constante y rápidamente esa información de violencia con la que vivimos, lo que a su vez desemboca en más violencia.
En la escuela, este niño ve al grupito de los bullies que acostumbran acosar a Pepito porque es flaquito, usa espejuelos y no viste a la moda. El niño no participa activamente de los actos de intimidación y maltrato, pero indirectamente la fomenta y con el tiempo aprende a verlo como algo normal. Ese mismo niño va a la casa y encuentra a sus padres discutiendo, se insultan, se faltan el respeto y problamente el padre le da una bofetá a la madre para que se ajuste a lo que él dice. Cuando el niño regresa a la escuela, se mete en problemas porque piensa que es normal molestar a los que actuen o piensen diferente. El maestro lo regaña, el niño se burla del maestro y acto seguido llaman a los padres para que vayan a buscar a su hijo suspendido por malcriao. Al llegar a la escuela, los padres en lugar de escuchar y dialogar con el maestro, discuten con el, lo mandan pal' carajo y le gritan que quien se cree que es para enseñarles como educar a su hijo. Obviamente, ese niño nunca más va a respetar a un maestro u otro adulto en su vida y sigue aprendiendo que las cosas se arreglan con violencia, el mundo es del más fuerte, el que más grita y el que más técnicas de acoso aprenda.
Según va creciendo nuestro niño en cuestión, empieza a recibir información de la televisión, revistas, amigos, internet y otros. Va aprendiendo que si la mujer no hace lo que el hombre quiere, le llena la cara de deos' y si eso no funciona la mata. Estudiar es muy díficil, trabajar es muy duro, quieren dinero rápido para poder comprar el ipod touch, los tenis de $200 y la consola de videojuegos de moda. Sus padres están todo el tiempo trabajando pero no tienen dinero para sus antojitos asi que cuando un amigo les promete dinero rápido a cambio de un trabajito fácil, lo aceptan. Asi empieza en el mundo de la economía informal e ilegal.
Otras noticias que escucha este niño, que ya no es tan niño son las siguientes: crímenes, crímenes, más crímenes, el criminal sale libre por un tecnicismo o porque tiene un buen abogado, en el gobierno la corrupción no cesa, hasta un gobernador fue acusado por robo, por supuesto el gobernador también tenía un buen abogado y salió libre, los políticos en la Casa de las Leyes discuten y se insultan por jugar, casi semanalmente montan su drama dónde se dicen pillo, pato y otras cosas hasta llegar al punto de casi irse a las manos, robos, maltrato infantil, violencia doméstica, borrachos guiando que matan seres humanos y están libres, policias que roban, maltratan y matan, etcétera, etcétera.
El mensaje en todas partes parece ser que la violencia y el crímen pagan, las gratificaciones rápidas se obtienen a través de crímenes y/o violencia. Hay que hacer la batalla desde los hogares, hay que apoyar a esos maestros que ya están bastante desmoralizados por el maltrato de los padres y del gobierno que no les trata ni paga como se debe. Para criar a un niño hace falta un pueblo, los críminales lo saben y estan bien organizados en ese aspecto. Nosotros nos hemos contagiado con la hemorragia de malas noticias y no estamos prestando atención a las consecuencias. Hay que activar los planes de contingencia, cambiar los modelos, enseñar otra cara para que nuestros niños y otros adultos modelen, una que sea positiva, una que muestre nuestros valores positivos. Hay que activar al pueblo de cada niño: padres, tíos, primos, hermanos mayores, maestros, abuelos y otros.
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