Ayer estuve leyendo sobre un servicio de alquiler de amigos que se está ofreciendo en varios países por la página web, rentafriend.com. Scott Rosenbaum creó el servicio inspirado en unos sitios similares en Asia, pero su versión se basa en un tipo de red social que supuestamente facilita el que personas muy ocupadas puedan hacer amigos. Las personas que se alquilan como amigos pueden cobrar por hora o simplemente pueden llegar al arreglo de que quién los alquile pague todos los gastos incurridos en el lugar de encuentro; taquillas, comida y bebidas entre otros.
Entiendo que llegar a una nueva ciudad dónde no conoces a nadie dificulta grandemente tener vida social. Algunos somos muy tímidos para entablar conversación con desconocidos o simplemente no nos gusta salir a bares o eventos deportivos. En estos casos el servicio podría ser útil, pero la idea de pagar para tener un amigo no deja de resultarme triste, más bien patética.
Sin embargo no critico a quienes utilizan el servicio, lo que me intriga es: ¿Conoceré yo alguna persona que tenga que recurrir a este tipo de servicio para tener amigos? De ahora en adelante tengo que fijarme mejor en todos aquellos solitarios que de alguna forma conozco, quizás necesitan algún amigo, o sentirse parte del grupo. Probablemente tan solo necesiten una sonrisa o una palabra amable que les cambie su día y les de suficiente ánimo para charlar un rato. Una sonrisa puede ser la diferencia entre vivir o morir, ¿recuerdan el email ese del chico que iba a suicidarse y no lo hizo porque otro chico se le acercó a ayudarle a recoger sus libros? Con una sonrisa o un gesto amable podríamos conocer a un gran amigo, o al menos darle esperanzas al otro de que no tiene que pagar para tener amigos.
Fuente: http://www.elnuevodia.com/elnegociodealquilaramigos-796605.html
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