martes, 5 de octubre de 2010

Hablemos

Una gran amiga que vive en Estados Unidos está de visita en estos días.  Como casi no nos vemos cuando nos encontramos pasamos horas hablando tratando de resumir en unos cuantos días lo que hemos vivido en meses, a veces años.  Uno de los temas que más hemos hablado en estos días es el relacionado a la amistad.  Mariselle tiene una amiga allá a quién yo conocí en un viaje que hice a visitar a Mariselle.  Siempre que Mariselle y yo hablamos me comenta entusiasmada lo bien que la pasa con Kathy o lo mucho que ésta la apoya cuando tienen problemas.  Ya que ninguna de ellas es natural de ese estado, no tienen muchos amigos y su familia está lejos. Esto ha hecho que sean bien unidas.  Para colmo trabajan en el mismo sitio por lo que acostumbran a viajar juntas ida y vuelta.


Hace poco, Mariselle obtuvo una promoción en el trabajo.  Kathy que es tan fajona y excelente profesional que mi amiga, recibió en cambio una evaluación del montón por parte de su jefe.  ¿Adivinen? ¡Sí! ¡El jefe de ambas es el mismo idiota!  A partir de ese momento, Kathy quién obviamente estaba frustrada, empezó a alejarse de su amiga del alma.  Mariselle, con su nuevo puesto andaba estresada y a la vez super emocionada por lo que no paraba de hablar mañana, tarde y noche de su nuevo trabajo.  En algún momento parece que Mariselle hizo comentarios que hirieron a Kathy quién ademas de frustración sentía coraje porque se había esforzado mucho y no obtuvo nada.  Su coraje no es con su amiga, es con el tonto jefe que no supo valorar un trabajo bien hecho.  Es claro que no todos pueden ser promovidos a la vez, Kathy no esperaba eso, pero una compensación de otro tipo, una evaluación justa que mencionara sus logros reales durante el año hubieran sido suficientes para que la chica estuviera en paz.


El caso es que Kathy se alejó calladamente, prefirió no mencionar a Mariselle que no quería hablar por el momento de sus nuevas responsabilidades porque eso le recordaba al orangután que tienen por jefe.  Su razón para no decir nada es el miedo a que la otra pensara que eran celos.  Tampoco mencionó sobre unos comentarios de parte de su amiga que la hicieron sentir herida.  Pero lo hizo peor, porque al quedarse callada efectivamente Mariselle empezó a pensar que toda la distancia era motivada por celos.


Yo pregunté a Mariselle, ¿Has hablado con Kathy? ¿Le dijiste lo que sientes, lo que piensas? Su respuesta fue que no.  Kathy tampoco lo había hecho.  Estas dos grandes amigas estaban a punto de echar por la borda una amistad de muchos años en los que más que amigas y compañeras de trabajo, travesuras, alegrías, penas, anhelos, miedos y otros; habian sido hermanas.  Lo triste era que la amistad se iba al mismísimo carajo simplemente porque no habian hablado.  


"La amistad es una promesa de lealtad futura, lealtad sin importar que pase" (Stephen Carter), mientras las cosas están bien la lealtad es tan solo una palabra, pero cuando hay dificultades es que esa palabra adquiere significado.  Para ser leales a nosotros mismos y a la amistad que compartimos con algún ser tenemos que ser honestos y atrevernos a desnudarnos de nuestros miedos y dolores frente a esa persona.  Si la amistad es genuina, lo superará, si no, entonces habrás superado otra experiencia de vida y continuarás tu camino feliz porque hiciste lo correcto. No podemos andar por ahí cargando frustraciones, dolores y miedo cuando hay alternativas.


Cuando sientas que algo que dijo tu amigo, pareja, familiar o incluso un simple conocido con quién apenas compartes, te dolió, lo mejor es comunicarse.  Es tan fácil como compartir una merienda o almuerzo y decirle: "hablemos".



2 comentarios:

  1. Pienso que uno de los grandes problemas en todo hoy en dia es la falta de comunicacion. Saludos.

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